viernes, 30 de abril de 2021

El mayor error que pueden cometer los emprendedores

Cuando un equipo emprendedor plantea inicialmente el camino a seguir en su proyecto, todo son opiniones (doxa). Sombras de la realidad como en el mito de la caverna.

El llamado mito de la caverna (que no es ningún mito) es una explicación alegórica sobre el conocimiento humano descrita en la República de Platón. En esta descripción metafórica, unos presos en una caverna ven las sombras que se proyectan en la pared procedentes de unos objetos que se mueven y se iluminan por una luz situada detrás. Los presos solo ven las sombras e interpretan lo que representan.

Las imágenes que en un principio tienen los emprendedores sobre las propuestas de valor de su proyecto son solamente eso, sombras de la problemática real de los clientes que los emprendedores en su caverna suponen, pero que normalmente no tienen nada que ver con la realidad.

No hay hechos en la caverna, se ha de salir de ella para ver qué es lo que ciertamente necesitan los clientes. El conocimiento verdadero (episteme) se encuentra en el exterior. Solo con la luz del Sol podremos comprobar si la realidad corresponde o no a las suposiciones que hacemos al observar las sombras.

En el mito de la caverna, uno de los encerrados puede escapar finalmente y ver el panorama a la luz del Sol. Trata de volver a convencer a los otros presos de que la realidad está fuera y es diferente de la interpretación que hacen de las sombras. De la misma forma cuando se ha tenido el contacto con las necesidades de los clientes, se ha de convencer al resto del equipo de que dejen de perseguir sombras.

El objetivo de los emprendedores debe ser salir de la caverna en busca de la realidad y explicarla al resto de los cofundadores para poder tener una estrategia clara y unificada del camino a seguir.

Quedarse en la caverna y desarrollar un proyecto emprendedor sin comprobar si las sombras se corresponden con las necesidades de los clientes, es el mayor error que pueden cometer los emprendedores. 


jueves, 15 de abril de 2021

De una Early-startup a una Ripe-startup





Hay diferentes definiciones de startup. Eso quiere decir que no hay una universalmente aceptada.

Podemos clasificar estas definiciones en dos tipos:

1.       Las que consideran que la empresa está creada y

2.       Las que consideran que todavía no lo está.

En cuanto al primer tipo, la más clásica, hay diferentes versiones. Sin embargo, esta puede ser representativa del concepto:

Una startup es una nueva empresa en fase de desarrollo de mercado, generalmente de alto crecimiento, con un producto/servicio asociado a las nuevas tecnologías o a un modelo de negocio innovador.

Esta definición no precisa cuando una startup deja de serlo. Hay referencias que hacen propuestas, como por ejemplo:

  • Cuando tiene más de tres años de vida (en otros sitios se habla de hasta diez años) como empresa.
  • Cuando su fuente de inspiración es la competencia.
  • Cuando empieza a tener beneficios.
  • Incluso, hay quien señala que deja de ser una startup cuando los fundadores trabajan ocho horas diarias o menos.

El problema de la definición clásica no es solo cuando una startup deja de serlo, si no cuando empieza a serlo. ¿Es una startup un proyecto emprendedor que todavía no se ha constituido como empresa? En muchos caso se entiende que sí, pero esto no encaja en la definición.

El segundo tipo de definición tiene una década, y aparece con la metodología del Desarrollo de Clientes de Steve Blank.

La definición de startup en este caso es:

Una startup es una organización temporal cuyo objetivo es encontrar un Modelo de Negocio que funcione (si es posible escalable) en condiciones de gran incertidumbre.

Es frecuente que más que una “organización” sea una “desorganización”, ya que en esta fase los roles de los cofundadores no están bien definidos y todo el mundo hace de todo.

Una startup en este último sentido no es una empresa en pequeño, lo que contradice la definición clásica. Es más bien un experimento cuyo objetivo es encontrar un Modelo de Negocio.

Eric Ries, introduce el concepto de metodología lean en el mundo del emprendimiento para encontrar ese Modelo de Negocio y desarrollar en paralelo el Mínimo Producto Viable (al que yo llamo Vendible). Entendemos la palabra lean como ligero, rápido, enjuto. El término procede la metodología Lean Manufacturing implantada en Toyota para evitar las pérdidas de tiempo o recursos en las operaciones de fabricación. “Fracasa rápido y barato”, decía Eric Ries.

En este caso la startup empieza cuando empieza el proyecto emprendedor y deja de serlo cuando ha encontrado el Modelo de Negocio y empieza a explotarlo.

Este problema de nomenclatura se podría arreglar separando dos nombres diferentes para el que ahora se llama una startup.

Propongo desde estas líneas poner como nombre a un proyecto emprendedor que está buscando el Modelo de Negocio, el de Early-startup para el tipo de startup correspondiente a la segunda definición.

En cuanto a la startup en el sentido clásico la podemos llamar Ripe-startup (ripe en el sentido de madurez) a una startup que ya ha encontrado el Modelo de Negocio y lo está ejecutando como empresa.

Dos nombres diferentes para una desambiguación: En el primer caso se busca el Modelo de Negocio, en el segundo su explotación. El emprendimiento es un camino que va de una Early-startup a una Ripe-startup.