domingo, 31 de octubre de 2021

¿Tienes madera de emprendedor?


Algunas señales de tu personalidad revelan que tienes madera de emprendedor, por ejemplo:

Generosidad: Eres capaz de preocuparte más por tu proyecto y por tu equipo que por ti mismo

Las acciones que ejecutas las haces siempre para asegurar el éxito del proyecto y de tu equipo antes que el tuyo propio. Eres generoso y pones tus intereses personales en segundo lugar.

Sinceridad: Eres capaz de comunicar con claridad la realidad de la situación de tu proyecto

Haces que tu equipo y las personas que están cerca crean en ti porque comunicas con pasión y claridad, pero con realismo. Tu liderazgo se basa en ser honesto con los demás y contigo mismo. Con esta actitud atraerás el talento que necesita tu proyecto.

Serenidad: Eres capaz de mantener la calma en momentos de presión

En una early startup (aquella que todavía no es empresa) hay días en que todo parece que se desmorona. A pesar de ello, mantienes la calma y transmites tranquilidad a tu equipo mientras resuelves los problemas.

Eficiencia: Eres capaz de ejecutar el proyecto de forma más adecuada

Puedes tener una gran idea y un gran plan. Sin embargo, no sirven de nada si no puedes ejecutarlos eficientemente. En una early startup la ejecución ha de evitar la dispersión manteniendo el foco en el núcleo del proyecto y adaptarse a los inputs que nos llegan de los posibles clientes y usuarios.

Dedicación: Eres capaz de trabajar incansablemente

Una early startup requiere una gran cantidad de esfuerzo y de dedicación. En muchas ocasiones no habrá fiestas ni vacaciones. Es como la atención permanente que precisa un bebé.

Si en tu personalidad existen estos rasgos, fomentarás una cultura en la que nadie de tu equipo querrá irse. Eso es lo que le dará a tu early startup y a ti, la mejor oportunidad para lograr el éxito. Si tienes esas cualidades, tienes madera de emprendedor.


viernes, 15 de octubre de 2021

Equilibrio entre la pasión y la razón



A primera vista, impulsar un proyecto emprendedor no tiene mucho sentido. Las probabilidades de éxito son muy escasas, solamente una o dos de cada diez salen adelante. Tampoco es fácil conseguir financiación de capital riesgo, solamente una de cada cien la obtienen.

Adicionalmente, el emprendedor tiene que ser un trabajador infatigable, inmune al desaliento de los constantes reveses, ágil para sortear los obstáculos del camino y un largo etcétera de aptitudes.

Entonces, ¿por qué hay personas que impulsan proyectos emprendedores?

Hace muchos años, un familiar que vivía en un pueblo del Pirineo me decía “¿Para qué vais a subir a la montaña? Entiendo que vayan los ganaderos a ver si alguna vaca tiene problemas, ¿pero vosotros?”

La respuesta está en la pasión por conseguir la cima. En toda aventura pasa lo mismo y emprender es eso, una aventura. Apasionarse por alcanzar un sueño implica aceptar los riesgos, dedicar mucho esfuerzo y usar la razón en la toma de decisiones.

Para los emprendedores el sueño de conseguir el éxito es en muchos casos es una quimera, pero es lo que despierta la pasión. Ese ímpetu por coronar las “cimas” es el que mueve el mundo y no puede faltar en un emprendedor, es su motor.

Sin embargo, la pasión por si sola no solo es insuficiente, sino que puede nublar la vista. La pasión no te permitirá pagar las facturas del proyecto, el alquiler de tu casa o los gastos personales, aunque estos se reduzcan al mínimo.

Para subir la montaña, además del entusiasmo por alcanzar la cima, hay que aplicar con prudencia el sentido común en la toma de decisiones. De la misma forma, emprender implica un equilibrio entre la pasión y la razón