viernes, 31 de diciembre de 2021

El método Lean Startup no es la panacea universal


 

En 2005 Steve Blank publica “The Four Steps to the Epiphany” donde presenta su método del desarrollo de clientes. Este libro será el pistoletazo de salida para que otros autores como Eric Ries o Alex Osterwalder complementen lo que sería el núcleo del movimiento Lean Startup.

Desde entonces, la metodología Lean no ha parado de crecer y hoy día se aplica de forma generalizada a la creación de startups en el estado de validación del Modelo de Negocio (a las que yo llamo early startups).

A pesar de su éxito, la aplicación del método Lean Startup no es la pócima milagrosa para conseguir un éxito que parece sencillo en teoría, pero que no lo es en la práctica.

Entre las consideraciones a tener en cuenta al aplicar el método Lean están las siguientes:

·       La aplicación de la metodología puede llevar tanto a falsos positivos donde una idea aceptada por el método puede no ser viable, como a falsos negativos donde una idea rechazada podría haber llegado a tener un gran éxito.

·       El enfoque Lean se basa en validar un Modelo de Negocio y en conseguir los primeros clientes. Sin embargo, si se está creando algo disruptivo, los posibles primeros clientes probablemente no entenderán fácilmente la propuesta de valor.

·       El método no predice cuando hemos de pivotar si los ciclos ya hechos en el Bucle Lean no dan los resultados deseados. Esto puede llevar a rechazar una buena idea por no insistir lo suficiente. El resultado es que se reduce el coste del fracaso, pero también el impacto potencial del éxito.

·       Es difícil decidir que debe ser un MVP (con la V de vendible, no viable). No siempre es posible conseguir una respuesta fiable de los posibles clientes con un desarrollo preliminar. En particular, esto pasa cuando se trata de un producto que pretende crear un nuevo mercado. El primer iPhone probablemente habría sido un fracaso si hubiese salido al mercado como MVP.

·       El cambio de un desarrollo clásico en cascada por un enfoque de desarrollo ágil en paralelo a la validación del Modelo de Negocio. El desarrollo ágil implica hacer permanentemente prototipos rápidos y esto significa un coste importante en tiempo y recursos en el desarrollo del producto.

·       El método Lean puede conducir a un desarrollo muy lento hasta empezar a tener los primeros clientes. Es posible que, cuando lleguemos al mercado, algún competidor ya esté asentado en él.

·       La metodología Lean puede llevar a soluciones incrementales, pero no tan frecuentemente a resultados disruptivos. Incluso se puede entrar en el Bucle Lean y dar vueltas y más vueltas sin llegar a salir de él con una solución aceptable.

·       Las early startups que aplican el método Lean pueden fracasar con una ratio similar a las que no lo usan y aunque pueden reducir el coste del fracaso, también pueden perder el impacto potencial del éxito.

A pesar de los problemas expuestos y que el emprendimiento tiene una buena parte de arte y no solamente de procedimiento, soy un convencido de la metodología Lean Startup y de su método de formación The Lean Launchpad. Sin embargo, y a pesar de sus bondades, también reconozco que el método Lean Startup no es la panacea universal.

miércoles, 15 de diciembre de 2021

Una Presidencia de Honor de la Unión Europea


 

La Unión Europea fue en su origen un modelo de valores que, como decía Jean Monnet, debía pretender unir personas, no estados.

“Nous ne coalisons pas des États, nous unissons des hommes”

Para materializar aquellos ideales eran necesarias estructuras de gobierno y gestión que, aunque muy mejorables, constituyen una maquinaria que hoy día ya está en funcionamiento.

Sin embargo, aquel espíritu original de unir a las personas es todavía una tarea pendiente. La consecuencia es que el sentimiento de los ciudadanos por el proyecto europeo languidece, como bien puso de manifiesto el presidente Macron en su memorable discurso en la Sorbona de setiembre del 2017.

Los ciudadanos requieren líderes, no solo estructuras administrativas. Por eso la Unión necesita una figura que encarne y represente, con más poesía que prosa, los valores del espíritu europeo original: una Presidencia Honoraria de la Unión Europea.

Si la política es el arte de aprovechar los momentos, ahora se presenta uno. Tras las elecciones al Bundestag el pasado 26 de setiembre, Angela Merkel ha abandonado la Cancillería Federal desde donde ha dirigido su país e influido notablemente en la política europea durante casi 16 años.

No hace falta glosar aquí la personalidad de Angela Merkel y su compromiso europeísta, que hacen de ella una magnifica candidata para encarnar por primera vez la figura de una Presidencia de Honor de la Unión Europea.