Entre
el descubrimiento de una oportunidad (suceso pasivo) y su impulso (proceso
activo), hay una etapa intermedia de análisis de la Idea de Negocio que se
realiza en dos pasos.
El
primer paso es de reflexión personal, estudio, meditación y búsqueda de
información. Por ejemplo, investigar en internet la existencia de empresas que
trabajan con productos, sistemas o servicios similares en el mercado.
El
segundo paso consiste en contrastar la idea, ya estudiada, con nuestro círculo
más próximo de familiares, amigos, colegas y otros contactos. Esta maduración “en
voz alta" con personas de nuestro entorno, nos permite recoger respuestas que
de alguna manera tienen en cuenta, además de la idea en sí misma, su percepción
de nosotros y de nuestras capacidades para llevarla adelante.
De
forma recíproca, dado que también nosotros conocemos a nuestros interlocutores,
podemos dar mayor validez a sus respuestas en función de quién nos las expone.
Por ejemplo, familiares muy allegado como los padres pueden aconsejar abandonar
el proyecto porque quieren evitarnos los problemas personales derivados del
riesgo de montar un negocio.
El
objetivo del análisis de la idea de negocio es “desenamorar" al
emprendedor de su idea e introducir percepciones objetivas y externas, pero sinceras
y próximas. Las respuestas más valiosas serán de aquellas personas que consideramos
más imparciales y conocedoras del tema. Nunca debemos considerar como mejores
aquellas respuestas que nos dan la razón para no desilusionarnos.
Para
comunicar nuestra idea de negocio se puede preparar una pequeña descripción que
permita exponerla en 2 o 3 minutos que dé lugar a sugerencias, comentarios y
preguntas, a ser posible críticas, por parte de nuestros interlocutores.
En
este resumen del proyecto se ha de explicar el producto o servicio, quienes
serían los clientes, qué problema queremos resolver, cómo obtendremos ingresos, la competencia que tendríamos y cual sería nuestra fortaleza. La
explicación puede tener diferentes versiones en función del interlocutor. No es
lo mismo explicarlo a nuestros padres que a un experto en el tema.
El
análisis de la Idea de Negocio no tiene que durar más allá de un par semanas.
Si la respuesta fuese positiva pasaríamos a la fase del Modelo de Negocio, si las
respuestas fuesen negativas de forma generalizada, lo mejor sería renunciar a la
idea lo antes posible. Como propone la Metodología Lean Startup lo mejor
es fracasar rápido y barato y para eso lo apropiado es hacer un rápido análisis de
la Idea de Negocio.