La pandemia ha mostrado que la falta de personal sanitario, y
en particular el de atención primaria es uno de los principales problemas de nuestro
sistema de salud. Las dificultades presupuestarias, junto con el envejecimiento
de una población que demanda cada vez más atención médica, no permiten ser muy optimistas
respecto a la evolución del problema.
Una aproximación para agilizar los recursos existentes ha
sido la introducción de las videoconsultas simples paciente-médico (aquellas
que solamente son una videoconferencia), las cuales han reducido esperas y
riesgos de contagio por visitas presenciales y han evitado desplazamientos de
pacientes y médicos.
En el ámbito privado, las iniciativas de videoconsultas
simples han sido numerosas, ya sea por compañías de telefonía, como, por
ejemplo, Movistar o Yoigo, o mutuas asistenciales como Mapfre o DKV, o plataformas especializadas como Opensalud o Docline. También en el ámbito público ha
habido experiencias, algunas no exentas de polémica, como es el caso de la Comunidad
de Madrid.
El líder del sector de las visitas médicas virtuales es la
norteamericana Teladoc Health que tiene su división internacional en
Barcelona para todo el mundo, excepto EE.UU, y donde también está instalando el
primer centro europeo de I+D. El número de visitas gestionadas por Teladoc
Health en 2021 fueron de 15,4 millones de visitas virtuales con unos ingresos
de 2.032 millones de dólares. Está compañía suele trabajar a través de otras
empresas como es el caso de Telefónica y en colaboración con hospitales de
referencia.
Sin embargo, el problema de las videoconsultas simples es que
solo permiten hacer un primer análisis subjetivo ya que no proporcionan al
médico los datos de las exploraciones necesarias para hacer un diagnóstico
fiable.
Las carencias de las videoconsultas simples han llevado a diseñar
soluciones que permitan hacer videoconsultas optimizadas, como, por ejemplo, el
sistema T-One en España o la australiana Visionflex, donde además del dialogo con el
paciente, como en las videoconsultas simples, se añaden exploraciones con
dispositivos conectables que proporcionan información objetiva on-line al médico
en remoto.
Estos sistemas están formados por un maletín o mochila con
dispositivos como fonendoscopios, dermatoscopios, otoscopios, iriscopios, electrocardiógrafos,
tensiómetros, oxímetros, entre otros. En algunos casos el sistema se puede se
puede configurar según las necesidades del usuario. Adicionalmente, hay sistemas,
como T-One, que son abiertos y pueden utilizar una plataforma de
videoconferencia estándar, encriptada y gratuita.
Hay muchos posibles sectores usuarios de estos sistemas como residencias
de mayores, farmacias, poblaciones rurales, empresas, prisiones, etc., que
generalmente establecen la comunicación a través de conexiones terrestres. También
se pueden usar en entornos más remotos como barcos mercantes o de pesca, ONG’s
en el tercer mundo, plataformas petrolíferas, bases científicas, misiones
militares, etc., donde la conexión se puede realizar por satélites de baja cota
que permiten minimizar las latencias.
La Telemedicina con videoconsultas optimizadas puede proporcionar
al médico a distancia información objetiva para obtener diagnósticos fiables y
mejorar la atención a los pacientes allí donde se encuentren, aliviar la
congestión de los centros sanitarios disminuyendo el flujo de pacientes hacia
ellos y reducir la huella de carbono evitando desplazamientos innecesarios.