No hay leyes universales para
incorporar cofundadores a un proyecto emprendedor de la misma manera que no las
hay para encontrar pareja. Sin embargo, sí hay pautas generales a tener en
cuenta.
A veces las ideas de negocio se
impulsan, desde el inicio, por un grupo de personas que están dispuestas a
llevarlas adelante. Este grupo que forma el núcleo del proyecto son los
cofundadores de la early startup. En este caso los cofundadores están todos
desde el principio formando una comuna.
Sin embargo, en un gran número de
ocasiones es una sola persona la que impulsa la idea y cuando el proyecto adquiere
cuerpo, puede llegar a considerar la necesidad de incorporar algún colaborador que
le ayude y complemente.
Si el colaborador que busca ha de
ser un empleado, se necesita que este sea un profesional experto en aquellas
funciones que se le van a asignar como trabajador. Sus tareas, su dedicación y
su salario quedan especificados en un contrato de trabajo que determinan su
compromiso y su relación con el proyecto.
Si el colaborador, se va a
convertir en cofundador, su incorporación puede tener un enorme impacto en el
éxito o el fracaso del proyecto. En este caso no solamente se necesita que tenga
conocimientos o experiencia en la tarea a desarrollar (tecnología, marketing,
desarrollo de negocio, etc.), sino que ha de tener la voluntad de implicarse en
el proyecto y hacerlo crecer.
Adicionalmente, y esto es muy
importante, hay otras cualidades personales más importantes, si cabe, que las profesionales,
como madurez emocional, honestidad, generosidad, etc. Encontrar personas con todas
estas y aquellas cualidades (profesionales y personales) es difícil por lo que
es conveniente contactar con muchas personas.
La búsqueda de un cofundador no
es como un flirteo pasajero, sino que es como buscar una pareja estable, donde:
a) no ha de ser de la misma familia (la consanguineidad no es buena idea), b)
no ha de tener exactamente las mismas habilidades (no ha de ser un clon, pero sí
los mismos objetivos), c) no hay que buscar más de uno al mismo tiempo (los
tríos pueden ser complicados de gestionar) y d) no hay que precipitarse (la paciencia
es fundamental. Se trata de una convivencia planeada como duradera).