Lo que NO hay que hacer, en ningún caso, es constituir una sociedad limitada, ni escribir un plan de empresa, ni crear una página web, ni contratar a personal, ni buscar inversores, ni socios, etc. En ese estado inicial del proyecto, todo lo anterior es una pérdida de tiempo y dinero que no sirve para nada.
Lo que SÍ hay que hacer es
meditar la idea, buscar iniciativas semejantes en internet y escribir un
resumen (no más de 200 palabras) en donde, como puntos centrales, deben
aparecer cual es nuestra propuesta de valor, quien sería el cliente al que nos queremos
dirigir y porque le puede interesar nuestra propuesta de valor.
En segundo lugar, hay que preparar un relato muy breve (dos o tres minutos) para contar el resumen que hemos escrito a amigos y familiares. Hay que tener en cuenta de que como son personas cercanas a nosotros, no nos van a decir directamente y de forma cruda que la idea les parece mal. Sin embargo, podemos darnos cuenta de que no les entusiasma el proyecto si no nos preguntan nada, dicen a secas que les parece bien, pero parece que se aburren y que quieren cambiar de tema o marcharse. De cualquier modo, en ningún caso hay que pedir dinero en este estado tan incipiente del proyecto.
Si en los encuentros con familiares y amigos, estos preguntan detalles y recibimos comentarios de mejoras, eso es un indicio de que vas por el buen camino para lanzarte si tienes una idea de negocio y quieres impulsarla.