lunes, 30 de septiembre de 2013

Revenue Streams

Para una startup, acertar en la manera de cómo conseguir los ingresos, es crítico. Es el verdadero test de viabilidad para comprobar si los clientes están dispuestos a pagar por los productos o servicios que ofrece. Sin embargo, no solamente se ha de considerar el qué, si no también el cómo, es decir, la forma en que se canalizan los ventas y los cobros.
Hay diversas formas de encauzar el flujo de ingresos de una startup. Entre los diferentes tipos existentes, podemos mencionar la venta de activos (compra de CD’S), la suscripción (Spotify), el cobro por uso (una carrera de  taxi), el alquiler/leasing (un piso/un coche), licenciar (una patente), comisiones (transacciones bancarias), publicidad clásica (periódicos, TV), publicidad internet (Google Adwords), etc. Otra decisión a tomar, es como se gestionan los precios, si son precios fijados mediante una lista única, o son dependientes del proceso de compra (Internet o presencial), o del segmento de clientes (jóvenes o jubilados) o del volumen de compra (descuentos en función de la cantidad). Además de fijados, los precios pueden ser dinámicos, como en las subastas o en el regateo.
En las startups sociales, los flujos de ingresos pueden ser diferentes, como ocurre en una ONG, donde el “precio” (donación), lo escogen los “consumidores”, o los casos de emprendimiento social, donde el valor añadido se debe a que los productos/servicios están hechos/dados por personas, que de no ser por este tipo de startups, tendrían un cierto grado de exclusión social.
La startup política planteada ha de seguir el proceso emprendedor de una empresa social. Es decir, que el objetivo es disminuir el grado de exclusión democrática que estamos padeciendo los ciudadanos. Como pasa en este tipo de startups, el objetivo no es ganar dinero, sino que sea sostenible. Adicionalmente la  startup planteada nacería con una característica diferencial notable: su temporalidad.  Una vez conseguidos los objetivos o si estos no se pueden alcanzar por falta de respaldo ciudadano, la startup se disolvería.
Así, la forma de financiación inicial de la startup política sería mediante de donaciones cuyo proceso se parecería a un proyecto de Crowdfunding. Sin embargo, las donaciones pueden llegar a devolverse total o parcialmente a partir del dinero que el Estado abona a los partidos por los votos y los escaños conseguidos. En las últimas elecciones generales, el Estado pagó a los partidos 21.167 € por escaño elegido (Congreso y Senado) y 0,81 € por cada voto obtenido para el Congreso y 0,32 € por cada voto obtenido para el Senado.

No se trata, pues, de crear un partido que compita por el poder y tenga como objetivo alcanzarlo y mantenerse en él. La startup política planteada ha de intentar cambiar las reglas de juego de los partidos, no convertirse en uno de ellos. La aparente contradicción es, que para realizar este cambio, es necesario jugar con las reglas actuales existentes, lo que implica crear un partido e ir con él a las elecciones. Sin embargo, aunque no es el punto clave del proyecto, todo funcionará mejor, si en un principio, existen unas razonables Revenue Streams.

sábado, 14 de septiembre de 2013

Customer relationships

En una startup siempre se ha de estar pensando en el cliente, en que necesitan y como les podemos atender y cuidar. Una vez que hemos conseguido conectar con ellos a través de los Channels, necesitamos mantenerlos y establecer unas relaciones estables con ellos.
En primer lugar, nos tenemos que hacer una serie de preguntas como: ¿Qué tipo de relación espera cada segmento de clientes que establezcamos y mantengamos con ellos?, ¿Cuáles hemos establecido hasta el momento?, ¿Cómo se integran con el resto del modelo de negocio?, o ¿Cuán costosas son de crear y mantener dichas relaciones?.
 A veces las relaciones no tienen que ser personales, ya que lo que esperan los clientes de nosotros puede ser más eficiente si es automatizable. En muchos casos, sin embargo, es más aconsejable, por próxima, una atención personal y a veces personalizada. Muchas veces, la atención puede ser, o se puede complementar, con soluciones on-line del tipo de redes sociales especializadas, clubs, blogs, newsletters, etc.
En el caso de la comunicación y las relaciones con sus "clientes", la startup política, se ha de diseñar diversos planteamientos en función de la etapa en que se encuentra el proceso. En la fase inicial, hasta llegar a unas elecciones, se tiene que mantener e ir intensificando la vía descrita en el post anterior de Channels, es decir, una comunicación e información dinámica y cercana con los “clientes” de cómo evoluciona el proceso, provocando que se involucren y se sientan protagonistas del mismo. A partir de las elecciones, se pueden dar dos escenarios: a) En el primero, los resultados electorales son suficientemente positivos como para conseguir los objetivos estratégicos de la startup y en este caso se tendría que continuar manteniendo las relaciones con los ciudadanos informando de cómo se avanza en la consecución de los objetivos y b) Un segundo escenario de fracaso y entonces, la startup simplemente debería cerrar. Como en toda startup, el fracaso es un escenario que se tiene que contemplar como en cualquier proyecto emprendedor.
En el caso de la startup política, tal como está planteada, con un enorme segmento de clientes posibles y sin medios económicos, la vía para mantener la relación con los “clientes” ha de ser fundamentalmente on-line. Una plataforma dinámica y bien construida, con información clara del proceso, con un blog abierto a todos los ciudadanos, con un proceso transparente, colaborativo y de confianza, puede ser la vía para conseguir unas eficientes y cercanas  “Customer” relationships.