La Open Innovation (OI), es la moderna estrategia de las empresas para competir en un mundo global. La idea fundamental es aprovechar toda fuente de innovación que puede ayudar a la empresa en sus objetivos fundamentales, sin importar donde se encuentren dichas fuentes, ya sea dentro o fuera de la propia empresa.
Recíprocamente, la OI pretende valorizar todas aquellas innovaciones propias que pueden ser de interés para otras empresas que están dispuestas a explotarlas. La clave es abrirse en vez de practicar el clásico cierre protector de su conocimiento.
Recíprocamente, la OI pretende valorizar todas aquellas innovaciones propias que pueden ser de interés para otras empresas que están dispuestas a explotarlas. La clave es abrirse en vez de practicar el clásico cierre protector de su conocimiento.
De forma similar a la OI, quiero en este post definir la Open Education como la estrategia que lleva a una institución educativa al aprovechamiento de cualquier fuente educativa, interna y sobre todo externa, en la línea de sus principales objetivos institucionales. De la misma forma y en sentido inverso se puede transferir a otras instituciones aquellos recursos educativos que no son estratégicos, pero si lo son para otras instituciones que pueden estar interesadas en explotarlos. La definición dada aquí es mucho más amplia de lo que a veces se conoce como OI y que es en realidad la educación a distancia.
Lo fundamental es la apertura de mentalidad. Hay muchas posibilidades, como por ejemplo la colaboración entre universidades para impartir estudios interuniversitarios. Se puede pensar en caminar hacia la especialización de las universidades a través de una transferencia de profesores o incluso departamentos. Esto mismo se puede hacer en otros niveles no universitarios como el de la formación profesional.
También se puede pensar en aperturas verticales entre niveles de formación. Sería interesante que estudiantes universitarios adquiriesen conocimientos prácticos en escuelas de formación profesional. El proceso Bolonia lo podría permitir.
Las empresas necesitan de estas nuevas estrategias para sobrevivir y las implantan. Sin embargo, las instituciones educativas, totalmente reguladas y controladas por unos poderes públicos paralizantes, hacen que planteamientos como la Open Education sean un soliloquio prácticamente irrealizable.