Cuando un proyecto emprendedor pasa de la idea inicial a tener una primera
versión del modelo de negocio, está en condiciones de dar el siguiente paso, es
decir, hay que salir de la oficina o del garaje para validar ese modelo de
negocio frente a los posibles usuarios y clientes, es la fase en la que el
proyecto no es todavía una empresa sino una startup. Este es un buen periodo
para habitar en una incubadora o Business
Incubator, donde se pueden encontrar las condiciones para conformar el
proyecto mediante la formación y la información necesaria para ello.
Una vez que se ha validado el modelo de negocio y ya tenemos los primeros usuarios
y clientes, la startup puede transformarse en una empresa. En este momento
aparecen problemas que en muchas ocasiones son semejantes a otros proyectos
emprendedores. Se trata fundamentalmente de retos para gestionar la nueva
empresa de la manera más eficiente posible y confeccionar un plan estratégico para
definir su futuro, es decir el Business Plan.
Como el equipo que impulsa la aventura, en muchas ocasiones, no tiene la práctica
de gestión necesaria, es tiempo de contar con personas experimentadas en
gestionar empresas para con su conocimiento evitar errores y hacer más
eficiente el proyecto. Los Business Angels son una de las soluciones más clásicas,
pero actualmente están apareciendo unas estructuras especializadas en optimizar
estos procesos, conocidas como aceleradoras de negocios o Business
Accelerators. Los Business Accelerators
crean entornos donde conviven las nuevas empresas y ,sobre todo, disponen del
soporte de personas con experiencia que pueden ayudar y “mentorizar” el
proyecto emprendedor y aportar financiación. En Estados
Unidos estas organizaciones son hoy día numerosas (a veces se dice que ya
existe una burbuja), y en nuestro entorno también han empezado a aparecer con
fuerza, SeedRocket, Lanzadera o Conector,
son ejemplos de ellas.
Otro tipo de aceleradoras dependen directamente de una o varias empresas,
son las aceleradoras corporativas, como por ejemplo, Wayra
o Fluidra Accelera. Estas aceleradoras
especializadas en un determinado sector, además de ayudar a las pequeñas nuevas
empresas asesorándolas y abriendo mercados, pueden recibir de ellas tecnologías
disruptivas como una vía de Innovación Abierta en un proceso win-win para ambas.
La aceleración es una magnífica herramienta para que las nuevas empresas
disminuyan su índice de fracaso, optimicen su gestión, impulsen su crecimiento
y consigan financiación. De la misma forma que la
incubación es un proceso “térmico” para la construcción de una startup, para
aumentar la velocidad de crecimiento o cambiar la dirección de las nuevas empresas,
se está consolidando la aceleración como un proceso “dinámico” para cambiar el vector
velocidad de un proyecto emprendedor.