Un emprendedor
es un creador que tiene una idea de negocio e intenta convertirla en un proyecto
empresarial. Si no se cumplen estas dos premisas, no hay emprendedor.
Durante
mucho tiempo, el primer paso del emprendedor cuando quería impulsar una Idea de
Negocio era escribir durante meses y en su soledad creativa, un Business Plan,
una obra de narrativa que en esa primera fase del proyecto pretendía predecir
el futuro de su proyecto. Este ejercicio de ficción del potencial emprendedor significaba
exprimir su imaginación para relatar sus sueños en un documento.
También los escritores,
compositores o pintores como creativos, casi siempre hacen lo mismo que hacían
los emprendedores hace unas décadas, creando sus obras artísticas en la soledad
de su imaginación como si fuese su “Plan de Negocio”. Son “startups” que muchas
veces no ven la luz del público y acaban (o empiezan) en el olvido.
Hoy en día
el proceso de creación de un proyecto emprendedor ha cambiado radicalmente. Los
emprendedores hacen un esquema de su Idea de Negocio que valoran con los más
próximos y si finalmente deciden seguir adelante diseñan un Modelo de Negocio
que contrastan con los potenciales clientes y lo modifican hasta validarlo en
un proceso ágil usando la metodología Lean. Solo entonces y no antes pueden
empezar a escribir su Plan de Negocio, si es que finalmente lo necesitan.
Quizás los artistas,
como actualmente hacen los emprendedores, deberían empezar por diseñar un “Modelo
de Negocio” de su obra y validarlo siguiendo la metodología Lean, contrastando
con los lectores-melómanos-visitantes de exposiciones si su obra tendrá buena
acogida antes de desarrollarla completamente. Todo ello en un proceso de creación
que podríamos bautizar como Lean Art.