miércoles, 28 de febrero de 2018

Lean Art


Un emprendedor es un creador que tiene una idea de negocio e intenta convertirla en un proyecto empresarial. Si no se cumplen estas dos premisas, no hay emprendedor.
Durante mucho tiempo, el primer paso del emprendedor cuando quería impulsar una Idea de Negocio era escribir durante meses y en su soledad creativa, un Business Plan, una obra de narrativa que en esa primera fase del proyecto pretendía predecir el futuro de su proyecto. Este ejercicio de ficción del potencial emprendedor significaba exprimir su imaginación para relatar sus sueños en un documento.
También los escritores, compositores o pintores como creativos, casi siempre hacen lo mismo que hacían los emprendedores hace unas décadas, creando sus obras artísticas en la soledad de su imaginación como si fuese su “Plan de Negocio”. Son “startups” que muchas veces no ven la luz del público y acaban (o empiezan) en el olvido.
Hoy en día el proceso de creación de un proyecto emprendedor ha cambiado radicalmente. Los emprendedores hacen un esquema de su Idea de Negocio que valoran con los más próximos y si finalmente deciden seguir adelante diseñan un Modelo de Negocio que contrastan con los potenciales clientes y lo modifican hasta validarlo en un proceso ágil usando la metodología Lean. Solo entonces y no antes pueden empezar a escribir su Plan de Negocio, si es que finalmente lo necesitan.
Quizás los artistas, como actualmente hacen los emprendedores, deberían empezar por diseñar un “Modelo de Negocio” de su obra y validarlo siguiendo la metodología Lean, contrastando con los lectores-melómanos-visitantes de exposiciones si su obra tendrá buena acogida antes de desarrollarla completamente. Todo ello en un proceso de creación que podríamos bautizar como Lean Art.

jueves, 15 de febrero de 2018

Dos tipos de emprendedores

Los artistas y creadores, normalmente, se entregan a la creación y dejan la explotación de sus obras en manos de otros tales como editoriales, discográficas o galerías. Sin embargo, hay artistas que hacen diferentes funciones y además de crear la obra de arte también la explotan como pasa con un escritor-editor, un compositor-interprete o un pintor-marchante.
 De la misma forma, podemos considerar que hay dos tipos de emprendedores, el creador propiamente dicho, conocido como emprendedor en serie, que una vez creada la empresa deja su ejecución en manos de otros para lanzar otra nueva y el proto-empresario que impulsa el proyecto emprendedor y lidera la empresa resultante.
Hay una diferencia importante entre el artista creador clásico y el emprendedor, por ejemplo, mientras que de un novelista se supone que una vez escrita una obra la entregue a un editor para que la comercialice, del emprendedor se presume que ha de explotar su propia empresa. La diferencia es que un artista puede adquirir prestigio y dinero con solo su labor creativa, sin embargo el emprendedor no adquiere fama y fortuna sino hace también de gestor de su propia obra. Todos los emprendedores de éxito conocidos pertenecen al segundo grupo.
Los emprendedores en serie frecuentemente aportan valor a través de la venta de su startup a otras grandes empresas en un proceso de innovación abierta que les proporcionan a estas, crecimiento inorgánico. Los casos más conocidos son las de los grandes gigantes norteamericanos que compran decenas de startups cada año. Entre las ventas más conocidas podemos mencionar, por ejemplo, Picasa o Nest Labs compradas por Google, Skype o Linkedin compradas por Microsoft, WhatsApp o Instagram compradas por Facebook y Siri o Shazam compradas por Apple.

Sea de forma directa o de forma indirecta, el emprendimiento siempre contribuye con propuestas de valor para la sociedad a través de cualquiera de los dos tipos de emprendedores.