lunes, 23 de mayo de 2011

Esta crisis nos va a hacer madurar


Hoy el día después, todo el mundo habla de elecciones, yo también. 
Mi opinión es que el desastre socialista ha sido una conjunción astral producida por una tormenta que ha explotado durante su mandato.
Aunque nuestro Alzeimer colectivo no nos permita acordarnos, la tormenta la alimentamos todos entre los años 1995 y 2007: los partidos políticos, primero el PP y luego el PSOE, las inmobiliarias, los bancos y cajas, los ayuntamientos, las comunidades autónomas y también ciudadanos, muchos ciudadanos. Una borrachera colectiva de endeudamiento alimentada y negada por todos (como toda borrachera) y como alguien tenía que tener toda la culpa, le ha tocado al que estaba debajo.
La madurez de una democracia se manifiesta en los comportamientos de sus ciudadanos y de sus  instituciones y nuestra joven democracia todavía no ha alcanzado un nivel suficiente. Como ejemplo, dos casos que relacionados con estas elecciones: 
1) Quizás el ejemplo más notable de inmadurez, por su importancia, es el poder judicial, sin la suficiente independencia del ejecutivo, ni la eficacia para resolver casos tan sensibles como, por ejemplo, el caso Gurtel, que ha mantenido la sospecha fundada sobre políticos que han revalidado sus cargos en estas elecciones.
2) También parece inmadura la juventud del 15-M, que ha ocupado importantes plazas públicas del país, donde si lo que quieren es una revolución están exigiendo muy poco y si lo que quieren es una evolución piden demasiado.
Nuestra democracia es joven e inmadura, la madurez de las personas como de las instituciones se forja en la adversidad y como la que tenemos delante va a ser larga y dura, esta crisis nos va a hacer madurar.