Después de los múltiples e improvisados cambios en la política económica y fiscal de España durante los años de crisis, ahora se plantea modificar la Constitución para incluir en ella un artículo sobre la limitación del déficit. Todo ello para contentar a Alemania que es quien está dictando las reglas del juego económico europeo.
Construir Europa es un gran reto y significa perdida de poder por parte de los estados. Sin embargo, esta pérdida de poder no es simétrica, unos estados van a perder mucho más poder que otros, en particular los más pobres van a estar bajo las reglas de juego que marquen los más ricos.La economía va a ser la que dicte las reglas de juego que no han podido definir siglos de guerras en Europa. Se trata de condicionar la toma de decisiones en unos estados por parte de otros más poderosos. Todo ello significará una pérdida de independencia, o dicho de otra forma, una colonización político-económica. Sin embargo, aun siendo débil, es necesario tener una visión clara del futuro para saber reaccionar a las instrucciones externas de la forma más adecuada.
España, en particular "el pequeño Madrid del poder", como diría Javier Cercas, no tiene una visión estratégica del papel a jugar en la Europa que se avecina. El problema fundamental es la falta de líderes, de hombres de estado, y no de políticos de partido, de regate corto y de perfil limitado a funcionamientos de crucero. Las respuestas a las últimas situaciones delicadas provocadas por los mercados financieros y en general por la crisis, se han improvisado, se han ajustado para que los grupos de poder las acepten, pensando siempre en las próximas elecciones. Siempre hay una elecciones próximas para el político de partido.
No se puede estar pendiente, sin más, de instrucciones dictadas probablemente por aquellos a quien más convienen. Se necesitan personas que tengan una visión clara del futuro y una capacidad para ejecutar la estrategia necesaria para llegar a él. Es decir, en estos tiempos de crisis sobran políticos, se necesitan líderes.