Los escándalos de la CAM y de Novacaixagalicia han despertado la indignación por la gestión que se ha realizado en estas entidades. Además, la percepción general es que son dos ejemplos más de un camino que empezó con la Caja Castilla La Mancha, siguió con CajaSur. La preocupación es que existen otros muchos de los cuales no tenemos conocimiento (de momento) y que se encuentran debajo de las alfombras extendidas por políticos, especuladores y gestores.
Sin embargo, la gravedad del problema reside en la actuación, mejor dicho, en la no-actuación del supervisor, que por incompetencia, desidia o incluso, me atrevería a decir, connivencia, ha permitido que esto ocurra, ¿Hacia dónde miraba el gobernador del Banco de España?En el escalón más alto de mi preocupación, está la inacción del poder judicial. Si la justicia no sienta en el banquillo a quien cometió los atropellos y a quien lo permitió cuando su responsabilidad era el control, la democracia está en peligro de sufrir un gran deterioro.
Ya no solamente está en juego el dinero de los ciudadanos, ni la credibilidad de la clase política, hace tiempo bajo mínimos. Está en juego la confianza de la sociedad en nuestro sistema democrático.