El contexto de paro y subempleo que vive la juventud no parece que
tenga una solución a corto plazo. Tampoco los universitarios se libran de este
escenario, y sin embargo, las universidades podrían innovar y hacer más para
mejorar la situación.
Una vía de solución sería potenciar las actividades de estímulo, formación
y mentoring en emprendimiento para
que los estudiantes creen sus propias empresas, cosa que a su vez podría
generar empleo. Normalmente, las actividades de fomento de creación de startups en las universidades, se
limitan a impulsar la generación de spin-off
desde los grupos de investigación. Eso está muy bien, pero los resultados
obtenidos hasta hoy no se pueden calificar de brillantes, dada la limitada cantidad
de empresas creadas.
Las actividades de fomento, formación y asesoramiento tendrían que
generalizarse a toda la comunidad universitaria y esto no se está haciendo con
la extensión e intensidad deseables a pesar de que existen mecanismos, que con
un coste reducido, podrían generar mejoras notables.
Como ejemplos de actividades, podríamos mencionar, las iniciativas de
sensibilización, para crear una cultura favorable al emprendimiento, como por ejemplo, charlas de emprendedores que
puedan explicar su experiencia de una forma directa. Si además estos han sido
estudiantes de la misma universidad,
mucho mejor.
En cuanto a formación, se pueden realizar cursos de introducción (como ya
hacen numerosas universidades en Estados Unidos) abiertos a todos los
estudiantes de la universidad tanto procedentes de diferentes facultades como
de distintos niveles (grado, máster o doctorado). La mezcla de gente con
diferentes formaciones y cultura hacen más fácil la formación de equipos
multidisciplinares que son muy importantes para crear y gestionar un proyecto
empresarial. Estos se podrían dar en un marco de créditos de libre
configuración, lo que sería más atractivo a los estudiantes. Esta formación en
áreas ligadas al emprendimiento, implican la adquisición de habilidades de
gestión, de hablar en público, rudimentos financieros y conocimientos del
funcionamiento de la empresa, lo que mejoraría su empleabilidad.
En cuanto a actividades de mentoring,
se podría ayudar a los emprendedores a caminar en la vía de reducir el riesgo
de fallida de las empresas. Para eso se pueden hacer acuerdos con asociaciones
empresariales, aceleradoras de business
angels, que a su vez podrían ser fuentes de financiación para los proyectos
emprendedores.
Es necesario promover iniciativas innovadoras o intensificarlas si existen,
como las mencionadas y otras como talleres, premios, días del emprendedor,
espacios de coworking, etc. Las
universidades deberían recibir el soporte de los gobiernos para realizar estas
actividades y ser incentivadas económicamente por los esfuerzos y los
resultados de estas acciones.
Dentro de las tres misiones de la universidad (educación. Investigación y
transferencia del conocimiento) aparece una nueva con un significado más social
de fomentar e impulsar directamente la creación de empresas y la empleabilidad
de sus estudiantes. Una universidad que impulse el cambio que la sociedad
necesita, pero esto significa innovar en ella misma hacia una universidad emprendedora.