Recientemente se ha publicado en el BOE la segunda convocatoria del programa Campus de Excelencia Internacional (CEI). El objetivo fundamental que se describe en los documentos oficiales del programa CEI es convertir los mejores campus españoles en campus universitarios reconocidos internacionalmente como excelentes.
Sin embargo, dada la situación de partida de las universidades, los medios disponibles y los procedimientos puestos en juego, los objetivos propuestos no son alcanzables. Simplemente son irreales.
El problema más importante es la situación de partida. Para llegar a competir internacionalmente la universidad española no puede jugar con una mano atada a la espalda. La universidad española necesita un cambio profundo que la desburocratice, que la desfuncionarice, es decir, que la desate. Eso se sabe y lo que hay que hacer es adaptar modelos que ya funcionan en el mundo. Quizás una solución sería que las universidades que lleguen a conseguir el "sello" CEI puedan tener los medios y la autonomía real necesaria para poder tener la opción de competir internacionalmente.