Las universidades empiezan el nuevo curso con una situación económica muy complicada. Los sucesivos recortes han provocado graves problemas, como por ejemplo, la disminución de profesores, especialmente asociados, que traían a los alumnos el aire fresco de la realidad del mundo exterior.
Sin embargo, todo y la gravedad con la que se presenta el curso 2012-13, creo que a medio plazo los cambios profundos que necesita nuestra universidad son todavía más preocupantes. Es posible que la comisión nombrada por el Ministerio de Educación para estudiar el tema, presenten una propuesta con sentido común que mucho me temo acabará como todas sus predecesoras durmiendo el sueño de los justos en las mazmorras para informes de los archivos ministeriales.Aunque la hipotética y necesaria reforma del sistema nos podría llevar a encontrar el rumbo perdido y navegar en la dirección de los países de nuestro entorno, de nuevo llegamos tarde a la nuevas olas que se están produciendo y que empiezan a llegar a nuestras costas. Me refiero a la consolidación, con paso firme, de Internet en la educación universitaria. La tecnología ya existía pero se estaba utilizando con poca determinación. Ahora, las grandes universidades norteamericanas están entrando con fuerza en este ámbito y pueden modificar los planteamientos de la enseñanza universitaria como la entendemos actualmente.
Es necesario innovar nuestra universidad urgentemente, si no, es posible que ya no haga falta. Y el primer paso ha de ser cambiar su forma de gobierno. Afortunadamente hay pasos en la buena dirección como el de la UOC convocando la plaza de rector internacionalmente.