La creación de nuevos puestos de trabajo esta directamente ligada a la creación de nuevas empresas. Muchas de las empresas tradicionales ajustan su producción a la demanda del mercado, mientras que las startups no tienen todavía modelo de negocio, ni producto, ni mercado y por tanto los crean en base a expectativas que en muchos casos no se cumplirán, pero todo y así, crean empleo mientras que las empresas tradicionales lo destruyen (ver aquí).
Desde un punto de vista personal la creación de nuevas empresas es un proceso arriesgado que puede hacerse por oportunidad o por necesidad. En la actualidad la falta de oportunidades de empleo lleva a pensar a muchos en que es una salida a considerar como alternativa a hacer las maletas y emigrar.
Sin embargo, en las nueva empresas, deben plantearse modelos de negocio escalables que tengan como futuro mercado un entorno internacional. La debilidad de la demanda en nuestro país hace pensar que aunque se empiece a buscar los clientes en el entorno próximo, es necesario que los objetivos sean mucho más amplios. Este es el caso de buena parte de empresas que empezaron en su entorno geográfico más próximo y hoy día están extendidas internacionalmente y no solamente aquellas ligadas a Internet como Amazon, Google o Facebook. Si no otras de sectores tradicionales como MacDonals o Ikea o las que conocemos como más próximas Zara o Mango.
Desde un punto de vista individual o social, la esperanza de acabar con la lacra del paro está ligada a crear nuevas empresas capaces de generar puestos de trabajo y si es posible con modelos de negocio internacionalmente escalables.