Lo importante en una startup, a pesar de lo que mucha gente cree, no es la
idea, sino el equipo. Como decía en un post anterior, una idea excelente en manos
de un equipo mediocre tiene menos posibilidades de éxito que una idea mediocre
en manos de un equipo excelente.
En muchos manuales clásicos de emprendimiento se define al emprendedor como
una persona con cualidades extraordinarias como las de visionario, líder, apasionado, audaz, resiliente para
sobreponerse a los fracasos, equilibrado
emocionalmente, optimista, muy trabajador, resolutivo, buen comunicador
y gran organizador. Es decir, que
para ser un emprendedor se requiere ser todo un superman. Esto podría llevar a pensar que solamente las personas que
cumpliesen estos requisitos podrían emprender.
Para eso están los equipos, las cualidades y conocimientos que le faltan a
uno de los emprendedores pueden ser complementadas por las del resto del equipo.
Por eso los business angels y los
analistas de capital riesgo apuestan por el equipo como el elemento más
importante (obviamente no el único) para invertir en una aventura empresarial.
La vida diaria de una startup está llena de problemas de todo tipo y de
decisiones que tienen que tomarse para resolverlos. Una buena distribución de
responsabilidades entre los miembros del equipo es importante, pero la interacción
entre ellos es clave en la toma de decisiones relevantes. Anímicamente, el
equipo puede ser clave para sobrellevar las situaciones difíciles que siempre
aparecen en una startup.
Las relaciones personales entre los miembros del equipo son muy
importantes, sin embargo, la personalidad de cada uno puede producir tensiones que
en ocasiones pueden llevar a la ruptura. Siendo este un motivo frecuente de
fracaso. Aunque no sea la panacea para resolver todos los conflictos, una recomendación
importante a los nuevos equipos es redactar un pacto de socios que determine
claramente, entre otras cosas, las responsabilidades de cada uno, los procesos
de toma de decisiones, las situaciones en que se marcha o se incorpora un socio,
etc.
Se podría pensar que una buena decisión para evitar conflictos sería incorporar
al equipo familiares o amigos. Si bien es cierto que en momentos de dificultad
la familia y los amigos pueden ser de gran apoyo, si los problemas de la
empresa se mezclan con los familiares o los amigos, estos puedan entrar en
resonancia y perder empresa y amigos o familiares al mismo tiempo. Otra cosa
diferente es, que la familia o los amigos presten fondos o participen como
socios sin formar parte del equipo. Esto es muy frecuente y útil para financiar
los primeros pasos y se conoce como las tres FFF (Fools, Friends and Family).
Hay que tener mucho cuidado como se forma el equipo,
porque con todos sus pros y contras, en una startup el equipo es la clave.