Aunque si los proyectos son buenos siempre es posible encontrar financiación, las fórmulas de inversión de terceros para proyectos emprendedores en la
fase de idea son complicadas en España. Los Business Angels, los bancos o las instituciones públicas no son vías fáciles para financiar proyectos en esta fase. La solución alternativa es
empezar con dinero propio o de las 3F (Family,
friends and fools).
Los Business Angels son esos
posibles terceros en que todo el mundo piensa cuando intenta arrancar una startup.
Sin embargo, sus inversiones no se orientan a financiar ideas sino proyectos
que normalmente están en fases más maduras. Ni son ángeles, ni quieren riesgo
excesivo. Quieren ver que el modelo de negocio está validado. Generalmente son
profesionales que quieren invertir con unas expectativas de rentabilidad muy
alta en cada proyecto, de forma que los éxitos compensen las pérdidas que se
producen en los fracasos de otros proyectos.
Ante este panorama poco atractivo para empezar a emprender, ha aparecido
recientemente una posibilidad que está emergiendo con fuerza. Se trata del crowdfunding o micro-financiación
colectiva, que consiste en pequeñas aportaciones de muchas personas que
permiten hacer posible proyectos de todo tipo.
El crowfunding sistemático,
basado en plataformas web, aparece en USA hace unos cuatro años (anteriormente
ya había habido iniciativas puntuales en Europa). Inicialmente, se trataba de una
vía para financiar proyectos creativos y sociales con retornos no económicos. Por
ejemplo, si se financiaba la edición de un disco, se podría recibir un ejemplar
por haber ayudado a hacerlo posible. La plataforma pionera fue Kickstarted, nacida en 2009 y orientada
a proyectos creativos.
En solo unos años han aparecido numerosas iniciativas que además se han ido
especializando. En España existen en la actualidad más de cincuenta iniciativas que se
dedican a financiar la creatividad, el deporte, la ayuda a personas en
situaciones difíciles, etc. y últimamente están naciendo algunas enfocadas a la
financiación de ideas de startups. En todas ellas, el proceso se hace a través
de plataformas web que gestionan la inversión y facilitan la información sobre
el desarrollo del proyecto a los micro-inversores.
El crowdfunding para startups se
adapta perfectamente a la coyuntura económica y laboral que vivimos, fomentando
que los proyectos emprendedores se conviertan en realidad beneficiando tanto a
los emprendedores como a los micro-inversores. Ayudan a los emprendedores a
conseguir una financiación que no es posible obtener por otros medios y proporcionan
a los micro-inversores una ocasión para destinar una parte de sus ahorros a
proyectos que pueden proporcionarle beneficios, en vez de tenerlos todos en un
sistema financiero de alto riesgo que puede “chipriatizarse” en cualquier
momento.
El crowdfunding para lanzar proyectos
de startups puede ser una buena idea para financiar ideas.