Las Incubadoras de Startups (Business Incubators) y las Incubadoras
Corporativas (Corporate Incubators),
son dos tipos de instrumentos de protección y ayuda en los procesos de generación
de proyectos empresariales.
En el primer caso el
sistema de incubación está orientado a dar soporte a iniciativas emprendedoras nacidas
normalmente en ambientes abiertos, como por ejemplo, en entornos municipales.
En el segundo caso, las iniciativas nacen en el hábitat de una empresa que las
impulsa y las incuba. De la misma forma podemos hablar de las Aceleradoras de
Startups (Business Accelerators) o de
las Aceleradoras Corporativas (Corporate
Accelerators).
En cualquier caso, podríamos
decir que una Incubadora proporciona el resguardo a través de un proceso térmico durante
el proceso prenatal, mientras que la aceleradora se basa en un proceso dinámico
para impulsar modificaciones en el movimiento inicial de las startups. Esta
variación de la velocidad puede ser tanto en módulo, como en dirección.
En el caso de incubadoras y
aceleradoras corporativas, estas se pueden entender como instrumentos de los
procesos de innovación de las empresas y concebidos como nuevos elementos de
profundización de la Open Innovation,
que muchas grandes empresas están actualmente impulsando.
La materialización de Incubadoras
Corporativas se suele ejecutar a través de la creación de ecosistemas internos que
fomentan la aportación de las ideas del personal de la propia empresa para
mejorar los productos y los procesos y así potenciar su core market o extender la actividad a mercados adyacentes.
Adicionalmente, ese ecosistema genera
ideas de nuevos productos o servicios para otros mercados diferentes de los
propios. Para rentabilizar estas nuevas ideas se pueden usar los caminos clásicos
de licenciar las patentes generadas en el proceso creativo u otra vía, que cada
vez está tomando más fuerza, como es la creación de spin-offs de la propia
empresa.
La vía de la creación de
spin-offs tiene la ventaja de permitir el control de su evolución por parte de la empresa madre
para una posible diversificación y al mismo tiempo no distraerse de su core business. También puede ser
interesante para controlar los riesgos “externalizándolos”, preparando las
spin-offs en incubadoras corporativas y buscar socios estratégicos que
conozcan los nuevos mercados y socios financieros que permitan diversificar, no
solamente los mercados, sino el riesgo económico.
Sin embargo, las ideas son
condición necesaria, pero no suficiente, y para que cristalicen y crezcan, es
necesario impulsarlas y para ello son necesarias personas con espíritu
emprendedor. El ecosistema no solamente ha de fomentar la generación de ideas y su incubación,
sino incorporar a los proyectos las personas que puedan impulsarlas. Dentro de
las empresas hay que buscar esas personas intra-emprendedoras necesarias para
el éxito de las Incubadoras Corporativas.