En este blog no suelo hablar de temas políticos, pero últimamente me tienta
a hacerlo la situación del país.
En las elecciones generales de hace tres años, el Partido Popular estaba
inmerso en un caso de corrupción generalizada, como era el caso Gürtel, que
afectaba a buena parte de sus dirigentes. Sin embargo, los ciudadanos le dieron
la mayoría absoluta.
En las recientes elecciones andaluzas, el partido socialista estaba sumido
en un proceso de corrupción que afectaba a los más altos responsables de su etapa
de gobierno anterior. Sin embargo, los ciudadanos le han dado la mayoría.
¿Cuál ha sido el mensaje de la sociedad a los partidos políticos?: Sigan
ustedes por esa línea que nosotros les seguiremos votando!!.
Como en este país se ha de buscar algún responsable que no seamos nosotros
mismos, es lo que hemos hecho. Y no es
esto, no es esto, como decía Ortega. No se trata de que la justicia actúe, que
también. No se trata de que las instituciones sean inclusivas, como dicen Acemoglu
y Robinson, para que las naciones no fracasen, que también. Se trata de
entender que en una democracia, aunque sea de mala calidad, como es la nuestra,
los responsables de su salud somos los ciudadanos.
No es concebible que en las dos situaciones anteriormente citadas, los dos
partidos implicados no fuesen duramente castigados con una representación
parlamentaria más allá de la residual. Sin embargo, y lo que es más grave, en las encuestas
aparecen todavía en lugares relevantes.
Parece que, menos mal, las cosas, aunque tímidamente, están empezando a cambiar
y nuevos partidos aparecen en el panorama político con posibilidades de plantar
batalla en las próximas confrontaciones electorales, con mensajes más claros
frente a la corrupción. Los votantes hemos de valorar mucho más nuestro voto y
castigar de manera contundente a los partidos para que cambien su forma de
actuar. Porque los partidos son necesarios en una democracia y el PP y el PSOE deben
recibir de los votantes un mensaje diferente y claro para facilitar la necesaria
catarsis interna.
Tengo la convicción de que el correctivo no se aplicará en las próximas
elecciones del mes de mayo. Sin embargo, creo que deberíamos tener claro que la
solución está en nuestras manos, que no es un problema de políticos perversos, sino
de ciudadanos irresponsables.