En el proceso de aproximarse progresivamente a los emprendedores nos
acercamos ahora al ámbito de la Formación.
Hasta hace una década, la formación de los emprendedores tenía una
orientación similar a la de un MBA. Una formación que había nacido para
gestionar empresas a principios del siglo pasado y cuyo objetivo era administrar
una compañía basándose en un plan estratégico diseñado para ser ejecutado en
unos cuantos años.
De esta misma manera, la formación de emprendedores se orientaba a generar y
gestionar un Plan de Negocio a partir de la idea del propio emprendedor, Plan
de Negocio que no era otra cosa que un Plan Estratégico para una posible empresa
que todavía no se había creado o que no se sabía exactamente hacia donde podría
ir.
Hace unos diez años, Steve Blank rompe con la tradición y afirma que no se
puede hacer un Plan de Negocio de algo que no se sabe cómo funcionará, ni tan
siquiera si tendrá quien compre sus productos o servicios. La frase de Blank era:
“No hay Plan de Negocio que sobreviva al primer contacto con los clientes”. No es
la formación tipo MBA la adecuada para empezar una startup, porque una startup
no es una empresa en pequeño, sino una organización a la búsqueda de un Modelo
de Negocio viable.
El cambio de paradigma ha virado, de centrarse en la idea del emprendedor,
a enfocarse en las necesidades de los clientes, de soñar el producto a pensar
en el problema. Es decir, no hace falta empezar diseñando un gran apartado
Financiero para un Plan de Negocio si todavía no se sabe si los posibles
clientes estarán dispuestos a pagar y cuanto, por nuestra solución.
La Formación para empezar una startup ha de estar dirigida a la generación
de clientes y no a aprender las materias que incluye un grado en ADE o un MBA. Con
unas ideas generales de actuación y el conocimiento de un conjunto de técnicas para
saber si los posibles clientes estarán interesados en comprar nuestro producto
o servicio, aún sin haberlo terminado, sería suficiente.
En lugar de un Plan de Negocio, la que yo llamo la Escuela de Stanford de
Emprendimiento, liderada por Steve Blank y seguidores, como Eric Ries, Alex
Osterwalder o Ash Maurya, propone, que a partir de la idea inicial, se empiece
a trabajar con un esquema básico de hipótesis que recojan concisamente los puntos
fundamentales de la futura empresa, es el Modelo de Negocio. Estas hipótesis se
plasman en un lienzo de papel (el canvas)
dividido en una serie de bloques (9 en los dos canvas más utilizados) que corresponden a los apartados
fundamentales del Modelo de Negocio y sobre el que se van haciendo los cambios
consecuencia de contrastar nuestras hipótesis con las respuestas de los
posibles clientes. Estas modificaciones se hacen de forma iterativa hasta
validar el Modelo de Negocio siguiendo la revolución de la metodología Lean Startup. Como consecuencia de este
cambio de paradigma, en los últimos años la Formación en emprendimiento ha dado
un giro radical.