Cuando Steve Blank publicó su libro The
Four Steps to the Epiphany en 2005, vino a mostrar que lo importante de
un proyecto emprendedor era el desarrollo de clientes y no redactar el clásico
Business Plan de decenas de páginas, que no servían para nada. A partir de aquí
se lanzó el movimiento Lean Startup, cuyo
objetivo era diseñar una descripción concisa de los fundamentos claves del
proyecto emprendedor y validarlos de la forma más ágil y rápida posible, interactuando con los potenciales clientes para confirmar o desechar las
hipótesis de partida. El nuevo instrumento es el Business Model (BM), cuyo objetivo es narrar de forma concisa y
flexible los elementos clave del proyecto emprendedor.
La descripción necesaria para tener un BM fácilmente transformable hasta conseguir
un negocio viable, requería disponer de una herramienta ágil que permitiese crear
fácilmente nuevas versiones del mismo. La solución fue un documento gráfico
donde expresar hipótesis y descartarlas o confirmarlas, en función de la
interacción con los potenciales clientes y hacerlo de forma colaborativa entre
todo el equipo emprendedor. La solución fue la creación del Business Model
Canvas.
El Business Model Canvas (BMC) se
creó en 2007, como un esquema gráfico que representaba en nueve bloques, los
elementos clave de un Modelo de Negocio. Para utilizar el BMC se recomendó
imprimirlo en papel (mejor en un DinA2 o un DinA3) y colgarlo en un lugar que
permitiese una interacción a todo el equipo fundador, poniendo y quitando
pos-it’s (no escribiendo sobre él), de tal forma que se coleccionase la
evolución del modelo de negocio del proyecto emprendedor. Junto al BMC, A. Osterwalder
e Y. Pigneur, publicaron en 2009 el libro titulado Business
Model Generation que ha supuesto la guía indispensable para trabajar
con el BMC.
El BMC ha sido un gran éxito y de la web donde se encuentra, se han bajado,
según los autores, cinco millones de copias. Sin embargo, los nueve bloques y
los tamaños de los mismos no han sido del todo afortunados. Esto ha dado lugar
a la aparición de numerosos canvas diferentes por parte de otros autores que
han mantenido la misma filosofía de trabajo, pero han cambiado los bloques, su
tamaño o su distribución. De ellos hablaremos en otro post.
Uno de las carencias importantes del BMC, era la relación de sus dos
bloques fundamentales: Value Propositions
y Customer Segments. En su trabajo
diario, los clientes de los segmentos que hemos escogido, tienen problemas que
querrían tener resueltos, deseos que querrían ver cubiertos y a veces otras aportaciones
que podríamos proporcionarles y que todavía no saben cómo pueden ayudarles.
Para complementar el vacío de la relación entre los dos bloques clave del
BMC, se creó en 2011 otro nuevo canvas: el Value Proposition
Canvas (VPC). El VPC tiene dos grandes bloques: el Customer Profile y el Value
Map. Ambos divididos a su vez en tres sub-bloques. Este nuevo canvas está
inspirado en el Empathy
Map de Dave Gray. El VPC tiene también su guía de trabajo que es el
libro Value
Proposition Design también publicado por Osterwalder y Pigneur junto a
G. Bernarda y A. Smith en 2014. Para validar el Modelo de Negocio, el Business Model Canvas tiene ahora como
complemento una buena herramienta: el Value
Proposition Canvas