
Una vez seleccionado nuestro
segmento de clientes hemos de hacernos varias preguntas sobre nuestro mercado,
como por ejemplo ¿Cuán grande es? ¿Qué características tiene? ¿Cuál sería
nuestra cabeza de playa? El análisis del mercado es muy importante porque nos muestra
cómo nos debemos dirigir a él.
- En primer lugar está el tamaño
del mercado que se mide como la cantidad de dinero que moviliza. Hay diferentes
formas de medirlo. En primer lugar un proceso top-down que consiste en ver el tamaño que tiene el mercado global
de nuestro producto o servicio, (TAM: Total
Available or Addressable Market) y deducir de aquí, el posible mercado que
podría existir para nuestra oferta. En segundo lugar un análisis botton-up para analizar el mercado que
podríamos cubrir con nuestro modelo de negocio actual, (SAM: Served Available Market) y el mercado objetivo
al que nosotros pretendemos dirigirnos basándonos en los recursos de los que
disponemos (SOM: Serviceable Obtainable
Market).
- En segundo lugar hemos de tener
en cuenta las características de nuestro mercado. Si ya existe o es nuevo y lo
vamos a crear, si es un mercado en crecimiento o en decrecimiento, si está
concentrado o distribuido, etc.
- En tercer lugar hemos
re-segmentar el mercado, buscando lo que sería nuestro mercado cabeza de playa (Beachhead Market), aquella parte de
nuestro SOM por el que vamos a empezar.
Uno de los errores más frecuentes de
los emprendedores es intentar abarcar más de lo que permiten los recursos
existentes, tanto en cuanto la diversificación de los segmentos de clientes, como en la extensión de cada segmento. La respuesta a estos errores es
enfocarse. Se puede pensar en grande, pero se debe empezar a actuar en pequeño
y si el modelo de negocio lo admite, en cercanía. Una vez que el modelo de
negocio está validado y la cabeza de playa está consolidada, es el momento de
pensar en comenzar la expansión, pensando en el
Served Available Market.