jueves, 31 de agosto de 2017

Costs

Los gastos necesarios para llevar el producto al mercado, determinan nuestra estructura costes. Hemos de intentar que estos sean lo más bajos posibles para conseguir la propuesta de valor que queremos ofrecer a nuestros clientes. Reducir costes ha de ser un objetivo permanente, sin embargo, esto no tiene por qué repercutir en una bajada de los precios de venta. Hay que tener en cuenta que nuestros beneficios son la diferencia entre los ingresos y los costes.
Los costes pueden ser directos o indirectos. Los costes directos son aquellos que se pueden imputar claramente al producto (por ejemplo, los materiales para hacer un dispositivo), los indirectos son aquellos que se distribuyen entre todos los productos (por ejemplo, los  alquileres de los locales).
Para saber el coste total de un producto se han de calcular los costes directos de hacerlo más imputar los costes indirectos prorrateados.
La estructura de costes depende del modelo de negocio, aunque normalmente entre los costes más importantes suelen estar los salarios, los materiales, los servicios y la publicidad.
Hay factores importantes que pueden disminuir nuestros costes como las economías de escala, cuya eficiencia asociada por lado de la oferta (por ejemplo, negociar a la baja los precios de compra de grandes pedidos) y las economías de gama cuya eficiencia está asociada principalmente a la demanda, como por ejemplo la optimización múltiple de los canales de marketing o distribución. Sin embargo, estas optimizaciones de los costes están ligadas generalmente a grandes empresas.

Hay que tener en cuenta que los costes son algo interno a la startup y no hemos de proporcionar esta información a nadie que no necesite conocerlos de forma indispensable. Incluidos los vendedores. El beneficio de nuestra startup puede estar íntimamente ligado a una gestión óptima de sus Costs.