En Cataluña,
donde vivo, existe un excelente sistema de I+D que no ha logrado, sin embargo, activar un sistema de innovación eficiente. Es
más, mientras el prestigio del sistema de I+D crece, el de innovación decrece. El
problema fundamental es que la innovación en sistemas productivos clásicos y
envejecidos, es normalmente pobre y para superarlo lo fundamental no es más I+D
público, sino una gran natalidad empresarial.
En Barcelona,
empieza a haber un ecosistema emprendedor con buenas perspectivas que estaría
muy reforzado si las universidades se implicasen en el proceso. Sin embargo, en
las universidades catalanas no se promueve suficientemente la cultura del
emprendimiento entre los estudiantes, probablemente porque son estructuras funcionariales
poco predispuestas a la innovación y el riesgo.
No solamente
no se fomenta el emprendimiento entre los estudiantes, sino que se entorpecen
las iniciativas de los investigadores inhibiendo estímulos. Entre estos
inhibidores están, por un lado la ley de incompatibilidades que coarta el que un
profesor-investigador desee crear una spin-off y por otra parte las reglas de
juego de las propias instituciones de I+D, introduciendo burocracia y lentitud
en la toma de decisiones que desincentivan las iniciativas y ahuyentan a los posibles
inversores si las entidades tienen participación como socios en ellas. Los
pobres resultados cuantitativos, muestran lo poco estimulante del proceso
actual.
¿Cómo se
puede resolver este problema de una forma ágil y justa? Una vía de solución
para incentivar la creación de spin-off en universidades y centros de I+D podría
venir de la mano de los ICO’s (Initial Coin Offering). A través de estos
instrumentos, las instituciones de I+D podrían disponer de una inversión en tokens
para cada proyecto emprendedor y al mismo tiempo agilizar los procesos financieros,
administrativos, legales y fiscales. Se tendría que estudiar en detalle, pero para
las instituciones de I+D, el blockchain podría ser una solución para facilitar la
creación de spin-off.