Como en la película de Tom Hooper y David Seidler sobre Jorge VI, el discurso de proclamación
del nuevo Rey, también en este caso VI, pero de nombre Felipe, en las Cortes, fue un discurso programático donde se dijeron cosas esperanzadoras
como esta:
“El bienestar de nuestros ciudadanos -hombres y mujeres-, Señorías, nos
exige situar a España en el siglo XXI, en el nuevo mundo que emerge
aceleradamente; en el siglo del conocimiento, la cultura y la educación. Tenemos
ante nosotros el gran desafío de impulsar las nuevas tecnologías, la ciencia y
la investigación, que son hoy las verdaderas energías creadoras de riqueza; el
desafío de promover y fomentar la innovación, la capacidad creativa y la
iniciativa emprendedora como actitudes necesarias para el desarrollo y el
crecimiento. Todo ello es, a mi juicio, imprescindible para asegurar el
progreso y la modernización de España y nos ayudará, sin duda, a ganar la
batalla por la creación de empleo, que constituye hoy la principal preocupación
de los españoles.”
En este párrafo, el Rey, o quien haya escrito el discurso, acierta con las
prioridades que hoy día necesita cualquier sociedad, y muy especialmente la
nuestra, para su desarrollo en el mundo globalizado de esta primera parte del siglo
XXI. Una de las primeras actividades del nuevo Rey ha sido asistir al Fórum
Impulsa en Girona, un evento en la línea del párrafo mencionado de su discurso.
¿Hemos de atender estos signos cómo una nueva sensibilidad con los verdaderos problemas
del país?.
Alabar a la Corona, parece que significa declararse monárquico y enseguida
uno debe explicar si esto es así, o no. Pues bien, en este país donde siempre
se han de poner etiquetas binarias a las personas, monárquico/republicano,
derechas/izquierdas, religioso (católico)/anticlerical, yo preferiría tener una
etiqueta de “Inclasificable”, como decía Julián Marías de Unamuno.
De cualquier forma y como dice en un reciente artículo en El País, Javier
Marías (hijo de Julián Marías) respecto a las manifestaciones para pedir un
referéndum monarquía-republica “No creo que pudiera salir como Presidente de la
República alguien que gustara a los que han pedido el referéndum”, hablaba de Aznar,
Aguirre, Bono, González, Anguita, me parece que ante estos candidatos, me
decanto, de momento, por la monarquía. Si más no, porque hay muchas cosas más
importantes y urgentes que solucionar en el país, como las mencionadas en el
párrafo en cuestión y otras que ni se mencionaron en el discurso del Rey, como
la corrupción.
Aunque una cosa es prometer y otra, bien distinta, es dar trigo, cómo
mínimo la mención de las ideas de cómo abordar algunos de los problemas clave de
nuestra sociedad están bien escogidos en el discurso del Rey.