lunes, 28 de enero de 2013

El triángulo de la creación de startups

Para dar a luz una startup hacen falta tres elementos, la idea, el equipo, el dinero y además, un proceso de creación y adaptación. 
El primer elemento es la idea. Sin ella no hay empresa pero siendo condición necesaria, no es, ni mucho menos, suficiente. La idea es solo la semilla, no el modelo de negocio. La idea nace de un visionario que sueña convertirla en una realidad. Con todo, la idea inicial es algo estático que no vale nada si no se activa y se adapta al mercado.
El segundo elemento es el equipo, este suele ser el componente más valioso, un visionario no suele tener todas las aptitudes necesarias para garantizar que un proyecto de startup sea un éxito. Un buen equipo puede hacer que esto posible. Como dicen muchos inversores, una idea excelente con un equipo mediocre tiene menos posibilidades que una idea mediocre con un equipo excelente.
El tercer elemento es el dinero. En la mayoría de los casos, este es el componente menos importante. Casi siempre necesario, pero si la idea, y sobre todo, si el equipo es bueno, el dinero llega a la startup.
El proceso de dar vida al proyecto es, como en el fresco de Miguel Ángel de la Capilla Sixtina, un acto de creación. Sin embargo, de la misma forma que en ese instante se da la vida a algo inánime, este ser ha de desarrollarse y adaptarse al medio, la vida es eso. Una startup, al igual que un ser vivo, una vez creada, también ha de adaptarse a su entorno, es decir, a los clientes, y hacer esto de la forma más rápida posible, modificando la idea original, si es necesario.


domingo, 13 de enero de 2013

Los emprendedores sociales



Como ya he dicho en este blog en más de una ocasión, la juventud de este país ha de despertar y pasar de una posición pasiva a adoptar una actitud emprendedora en el sentido más amplio de la palabra, y en particular en el de la creación de empresas.
El primer paso imprescindible para este cambio es la sensibilización. La crisis económica, que ya dura más de cinco años y de la que no se ve una salida a corto o medio plazo, empieza a ser un elemento sensibilizador  para impulsar la creación de empresas por necesidad. 
Sin embargo, la sensibilización se debería potenciar activamente desde todos los ámbitos de la sociedad y en particular desde la Administración. Esto no tiene porque ser un problema costoso, ya que se pueden hacer campañas inteligentes con pocos medios. 
En el ámbito universitario este cambio de mentalidad ya se está empezando a notar ante las perspectivas del futuro que espera a los estudiantes a su salida de las aulas hacia un mercado de trabajo poco atractivo o casi inexistente. 
La sensibilización de la juventud, y en particular la de los universitarios, puede resultar  un proceso largo y complicado. Una parte de la juventud universitaria, muchas veces la más activa políticamente, es crítica con la empresa como organización, ya que la entienden como un sistema depredador del esfuerzo de sus trabajadores. Para estos críticos existen otras alternativas como la generación de proyectos emprendedores con objetivos sociales.   Proyectos con alma como se autodefine La Fageda, una empresa social paradigmática. Empresas, no ONGs que viven de la subvención, que aún sin afán de lucro, necesitan una gestión eficiente para ser sostenibles en el tiempo. Todos los emprendedores son necesarios, pero ante las problemas sociales que no pueden cubrir unos organismos públicos cada día con presupuestos más bajos, con mucha mayor razón, son necesarios los emprendedores sociales.