lunes, 30 de abril de 2018

Una solución para facilitar la creación de spin-off


En Cataluña, donde vivo, existe un excelente sistema de I+D que no ha logrado, sin embargo,  activar un sistema de innovación eficiente. Es más, mientras el prestigio del sistema de I+D crece, el de innovación decrece. El problema fundamental es que la innovación en sistemas productivos clásicos y envejecidos, es normalmente pobre y para superarlo lo fundamental no es más I+D público, sino una gran natalidad empresarial.
En Barcelona, empieza a haber un ecosistema emprendedor con buenas perspectivas que estaría muy reforzado si las universidades se implicasen en el proceso. Sin embargo, en las universidades catalanas no se promueve suficientemente la cultura del emprendimiento entre los estudiantes, probablemente porque son estructuras funcionariales poco predispuestas a la innovación y el riesgo.
No solamente no se fomenta el emprendimiento entre los estudiantes, sino que se entorpecen las iniciativas de los investigadores inhibiendo estímulos. Entre estos inhibidores están, por un lado la ley de incompatibilidades que coarta el que un profesor-investigador desee crear una spin-off y por otra parte las reglas de juego de las propias instituciones de I+D, introduciendo burocracia y lentitud en la toma de decisiones que desincentivan las iniciativas y ahuyentan a los posibles inversores si las entidades tienen participación como socios en ellas. Los pobres resultados cuantitativos, muestran lo poco estimulante del proceso actual.
¿Cómo se puede resolver este problema de una forma ágil y justa? Una vía de solución para incentivar la creación de spin-off en universidades y centros de I+D podría venir de la mano de los ICO’s (Initial Coin Offering). A través de estos instrumentos, las instituciones de I+D podrían disponer de una inversión en tokens para cada proyecto emprendedor y al mismo tiempo agilizar los procesos financieros, administrativos, legales y fiscales. Se tendría que estudiar en detalle, pero para las instituciones de I+D, el blockchain podría ser una solución para facilitar la creación de spin-off.

domingo, 15 de abril de 2018

Una startup no funciona nunca según un modelo teórico

Hasta la primera década de este siglo, la forma de dar el primer impulso a un proyecto emprendedor consistía en construir un edificio teórico y escribirlo con detalle en un documento llamado Business Plan. Todo esto se conjeturaba sin hacer un estudio del terreno y por tanto sin saber si el suelo soportaría el peso de la construcción. Este diseño racional permitía imaginar el comportamiento de la empresa resultante, imaginaciones que normalmente no se cumplían y que llevaban al proyecto emprendedor al fracaso con la consiguiente pérdida de tiempo y recursos. El problema residía en que el emprendimiento no es una aventura individual que empieza y termina en el emprendedor, sino que se trata de una cuestión social donde los clientes tienen la libertad de adquirir o no, la propuesta de valor que se les ofrece.
El emprendimiento clásico era un proceso que se parecía al comportamiento de los modelos teóricos de organización de la sociedad, como el comunismo o el fascismo, que solamente funcionan en la teoría. El proceso emprendedor, tal como se entiende actualmente, está más cerca de los modelos basados en experiencias que corresponderían a una estructura socio-económica liberal, donde el conocimiento se adquiere de forma experimental y los cambios que se introducen con las propuestas de valor pueden ser radicales puntualmente, pero incrementales desde un punto de vista social. El emprendedor en este escenario sería un zorro y no un erizo en el sentido de Isaiah Berlin.
La clave del movimiento Lean Startup ha sido romper con la tradición de construir modelos teóricos que durante mucho tiempo dieron resultados adversos y para mejorar dichos resultados, introducir como metodología de crear empresas procedimientos de prueba-error, ya que una startup no funciona nunca según un modelo teórico.