domingo, 31 de enero de 2016

Fomentar y formar a los universitarios en emprendimiento

En el post anterior hablaba de que era emprender y lo encuadraba en un contexto que no se limitaba al emprendimiento empresarial, sino a una manera de entender la vida. Todos somos emprendedores en mayor o menor medida, y asumimos riesgos en muchos casos innecesarios por una recompensa unas veces económica, pero otras veces psicológica, como puede ser la propia satisfacción personal, el reconocimiento de los demás o el propio poder.
El emprendimiento, está ligado a la condición haber humana y en el caso de emprender proyectos empresariales, además de las recompensas personales económicas y emocionales, las consecuencias pueden extenderse a toda la sociedad.
Los entornos de la Ruta 128 de Massachusetts o el Silicon Valley cimentados en universidades pioneras como el MIT o Stanford, han mostrado como el emprendimiento de sus universitarios han cambiado las sociedades donde se ubican, han repercutido en todo Estados Unidos y se han convertido en un referente mundial..  
No es necesario tomar como ejemplo los grandes polos de Boston o Silicon Valley. Como dice Mohamed Yunus, pionero del microcrédito, fundador de Grameen Bank en Bangladesh y Premio Nobel de la Paz: “Es el espíritu emprendedor el que ha sacado a Bangladesh de la miseria, pese a los politicastros y burócratas”
Dada que nuestra situación y nuestro entorno no están en la situación que estaba Bangladesh, la dirección sería tomar como ejemplo los modelos de los grandes polos científicos y tecnológicos mencionados anteriormente. Pero para eso hay que aumentar el espíritu emprendedor entre nuestros universitarios y formarlos para iniciar estas aventuras con el menor riesgo posible.

En esta línea todas las universidades públicas catalanas se han unido para desarrollar un MOOC titulado “Com crear la teva empresa” (ver aquí) con el fin de fomentar y formar a los universitarios en emprendimiento.

viernes, 15 de enero de 2016

Emprender se aprende sobre la marcha

Emprender no es solamente un proceso relacionado con la creación de empresas. Emprender es acometer una aventura para tratar de alcanzar unas recompensas, asumiendo sus riesgos y sus costes asociados. Emprendemos cuando decidimos hacer un gran viaje, cuando tomamos la decisión de formar una familia, cuando creamos una asociación cultural o cuando lanzamos un club deportivo, etc. En este sentido, y en mayor o menor medida, todos somos emprendedores.
Cuando alguien toma una decisión de emprender una actividad y empieza el proceso, puede lograr satisfacciones pero también tendrá que luchar para superar los retos y escollos del camino. Para emprender se han de conseguir y gestionar los recursos necesarios y tener una mínima preparación. Emprender es como lanzarse a una piscina, lo único que se necesita saber es mantenerse a flote.
No sirven, o no hay, manuales detallados de cómo resolver todas las situaciones que se pueden dar en una aventura y cuanto más desconocido es la ruta, más difícil es planificarla. No es posible conocer previamente y en detalle un camino inexplorado, de la misma forma que no se puede prever y describir en un documento que es lo que hay que hacer para para vivir la vida. Por eso no hay hojas de ruta que garanticen el éxito cuando una pareja decide fundar una familia.  
Las ideas generales que hemos comentado hasta aquí se aplican igualmente a la decisión de acometer un proyecto de negocio. Emprender un proyecto empresarial es promover una aventura a partir de una idea de negocio consiguiendo y gestionando los recursos necesarios para obtener unas recompensas, asumiendo los riesgos inherentes al mismo.
Cada negocio es una aventura única y desconocida, por eso existe un alto riesgo de fracaso. Hay algunos negocios que se parecen mucho entre si, pero aun así, nunca existe una plena garantía de éxito. Incluso en las franquicias, cuyas instrucciones son iguales para todos los franquiciados, unas tienen éxito y otras no.

Por eso, no es posible empezar un negocio desarrollando un plan estratégico detallado que defina un camino que todavía no existe. De aquí, que lo que yo llamo la escuela de Stanford, aconseja no empezar un proyecto emprendedor redactando un documento extenso sobre lo que será la empresa (un Plan de Negocio), sino definir los trazos más importantes de la futura empresa (el Modelo de Negocio) de la forma más rápida y barata posible, formulando hipótesis y validándolas. A partir de su validación, podemos crear la empresa (hasta entonces es una startup) y redactar su primer plan estratégico (el Plan de Negocio). No existen hojas de ruta universales para todo tipo de negocio, por eso no sirve de nada realizar una formación detallada en emprendimiento, solamente las líneas generales de como diseñar un esquema y como validarlo. De la misma forma que aprendemos a vivir nuestra vida viviéndola, emprender se aprende sobre la marcha.