viernes, 31 de octubre de 2014

Fomentar el emprendimiento para crear un ecosistema emprendedor

La concienciación para conseguir llegar a ser una sociedad emprendedora, requiere un proceso educativo cuyo objetivo es producir un cambio cultural que logre instalar en ella un estado de opinión propicio al emprendimiento. Sin embargo, fomentar el emprendimiento es algo más cercano, más próximo, e implica ejecutar actuaciones específicas a corto plazo.
Cada actividad de fomento del emprendimiento, suele tener unos objetivos determinados y unas actuaciones programadas, como son por ejemplo, los eventos de networking, los campus party, congresos de emprendimiento, concursos de ideas, días del emprendedor, charlas, conferencias, entrevistas a emprendedores, mesas redondas, blogs, newsletters, artículos de prensa, etc. Naturalmente, estas actividades también contribuyen a crear una cultura y conciencian a la sociedad a más largo plazo, pero están especialmente dirigidas a quienes ya están cerca de empezar la aventura de lanzar un proyecto emprendedor y no al público en general, como puede ocurrir con un programa generalista de televisión o con actividades educativas en la escuela.
Las actuaciones que conducen a fomentar el emprendimiento, no significan que obedezcan a un gran plan general preconcebido, sino que generalmente son acciones puntuales que brotan como las setas aleatoriamente aquí y allá, con elementos repetitivos a veces y con aspectos caóticos otras. Como sucede en una buena temporada de setas, hay abundancia porque la climatología es propicia, de la misma forma, la aparición de iniciativas para fomentar el emprendimiento es un signo de vitalidad consecuencia de una buena “climatológica”, que si se instalase de forma permanente, podría dar lugar a un verdadero ecosistema emprendedor.
Las acciones de fomento del emprendimiento, se empezaron a potenciar en nuestro entorno hace ya algún tiempo, tanto desde el ámbito público, como desde el privado, pero la buena noticia es que actualmente estas actividades se están intensificando. Esto es muy positivo y creo que ha de seguir y si es posible aumentar, a pesar de que haya quien dice que el fomento del emprendimiento ya constituye una verdadera burbuja.
Emprender es una de las fórmulas para resolver el problema más importante del país: el paro, y en particular el juvenil. Pero no se trata de solucionar el problema emprendiendo el camino a Alemania, hay que fomentar el emprendimiento para crear un ecosistema emprendedor.

miércoles, 15 de octubre de 2014

Una ética para empresarios

Uno de los problemas para fomentar la  cultura emprendedora es el mal ejemplo de la falta de ética y la corrupción de ciertos empresarios y más si ocupan puestos de responsabilidad en grandes empresas, organizaciones empresariales o instituciones. Los casos de Gerardo Diaz Ferrán y Arturo Fernández, son relevantes, pero desgraciadamente no aislados, de corrupción empresarial.
Estas muestras de comportamiento delictivo o poco ético han de ser sancionadas lo más rápida y ejemplarmente posible por las propias instituciones a las que pertenecen los corruptos y con mucha mayor razón si tienen cargos en ellas. Los corruptos existirán siempre, pero la permisividad de la corrupción, es el ejemplo más visible de lo degradada que puede estar una organización empresarial.  Es desde luego, la Justicia, el arma del estado de derecho para combatir la corrupción, pero es la sociedad la que ha reaccionar para eliminarla con el rechazo social a los corruptos.
En algunas organizaciones empresariales, existen códigos éticos en el que hay una comisión interna que estudia los comportamientos poco éticos de sus miembros. Sin embargo, esas comisiones han de tomar decisiones sobre personas significadas de la propia institución, como el reciente caso de Arturo Fernández en el CEIM, por el uso (y abuso) de las tarjetas B de Bankia, que dada la evidencia de su comportamiento y aunque no esté todavía imputado, la propia institución debería resolver de forma contundente e inmediata.
Para reforzar a las comisiones internas, los códigos éticos deberían incorporar normas objetivas y de ejecución automática, del tipo: a) Si una persona está imputada o procesada y ostenta un cargo, está lo dejará automáticamente de forma cautelar, b) Si la persona del caso anterior pasa a ser acusada tras la instrucción, debería causar baja de la institución de forma también cautelar y c) Si la persona es condenada debería causar baja definitiva y en caso de que fuese declarada inocente debería ser restituida como miembro y en su caso en sus cargos.
Obviamente, los puntos a los que me he referido anteriormente, pueden ser igualmente válidos para otras instituciones, como partidos políticos, sindicatos, consejos de entes públicos o privados, fundaciones públicas o privadas, cámaras de comercio e incluso a asociaciones culturales o deportivas, etc. Sin embargo, estoy hablando aquí de organizaciones empresariales, porque quiero abordar la necesidad de su ejemplaridad, para no desmotivar a los más jóvenes en la aventura de crear su empresa.
Por eso creo, que son necesarias unas normas de ejecución automática, duras quizás, como exigencia social y objetiva de una ética para empresarios.