martes, 31 de diciembre de 2013

Escoger el tiempo y el tempo

Para poner en marcha una startup, es conveniente escoger el momento más oportuno  y el ritmo más adecuado con el que se ejecuta el proceso y todo ello programado y preparado con antelación suficiente.
El momento más conveniente del lanzamiento de una startup depende de las circunstancias, tanto internas como externas. Entre las internas, podemos citar que el equipo no esté todavía suficientemente preparado o compenetrado, que el modelo de negocio no esté aún maduro o que no haya un producto/servicio como para ser considerado un Mínimo Producto Viable. Desde un punto de vista externo, el momento puede ser inadecuado por circunstancias del entorno que no hacen aconsejable el lanzamiento y el hacerlo puede llevar al fracaso. Supongamos, por ejemplo, un producto de temporada que se consume en una determinada época del año, como per ejemplo un nuevo tipo de turrón, pero como no hemos llegado a tiempo para las Navidades, decidimos lanzarlo inmediatamente después y salir al mercado en enero. Otro ejemplo, sería adelantarse con una innovación disruptiva, como pasó con el Newton de Apple.
En la startup política que hemos propuesto, el momento de su lanzamiento no ha llegado todavía, por varios motivos. Desde un punto de vista externo, la cita temporal de las elecciones generales al Congreso y al Senado del 2015, es un objetivo  muy lejano. Hacer ahora el lanzamiento, podría ser precipitado, ya que el tempo de desarrollo del proyecto como el que aquí se plantea, basado en internet, es mucho más rápido que el de una campaña realizada por medios tradicionales. Adicionalmente, el importante problema territorial que está viviendo el país y su protagonismo social, hacen recomendable retrasar el lanzamiento del proyecto, a la espera de ver el desarrollo de su evolución que puede llegar a acaparar toda la atención de la sociedad.
Lo que si es necesario, es empezar a trabajar en el equipo promotor que constituirá el back office del proyecto y que será el responsable de la organización y la definición detallada del “Modelo de Negocio” de la startup política y la coordinación de los equipos que formarían los Key Resources y los Key Partners.
Como ocurre en la creación de cualquier startup, para el lanzamiento de la startup política propuesta, hay que ser cuidadosos al escoger el tiempo y el tempo.

domingo, 15 de diciembre de 2013

La Idea de Negocio

En las últimas entradas hemos hablado, bloque a bloque, del Canvas de Alex Osterwalder para definir el Modelo de Negocio, i como ejemplo, lo hemos aplicado a una idea de startup política sin nombre.
El Canvas de Osterwalder (hay otros), es un instrumento interesante para describir y trabajar el Modelo de Negocio, y está pensado para imprimirlo en un poster, colgarlo en una pared y trabajarlo con el equipo de la startup de forma dinámica e interactiva utilizando post-it’s. Osterwalder dice que nunca se debe escribir en él. Sin embargo, creo que dada su flexibilidad, el Canvas puede servir para etapas previas, como por ejemplo, al emprendedor para “vender” la Idea de Negocio a los posibles miembros del futuro equipo para que se incorporen a la aventura.  Por eso podemos hablar de que puede ser un Canvas de la Idea de Negocio y no solamente del Modelo de Negocio.
Si el motor de una startup es el emprendedor, la chispa que lo pone en marcha es la Idea de Negocio para dar una solución a una necesidad no satisfecha. La Idea de Negocio proviene de la observación de nuestro entorno ya sea social, laboral o personal. La fuente del entorno social se nutre de la percepción de los cambios en la demografía, la política, la economía, la tecnología, etc. La fuente del entorno laboral se alimenta de la experiencia adquirida al observar las posibles mejoras en los procesos, los productos, la gestión, el acceso a los mercados, etc. La fuente del entorno personal se basa en la percepción del contacto con personas conocidas, viajes, aficiones, etc.
Las ideas de negocio son abundantes, su existencia no es el problema. Todo el mundo tiene ideas de negocio, muchas de ellas similares. Tanto es así que actualmente la recomendación generalizada es comentarla abiertamente para tener retornos que la mejoren. Las ideas no valen nada, la verdadera diferencia es llevarlas a la práctica. Un  emprendedor no lo es porque tiene ideas, sino porque las ejecuta. Un emprendedor de éxito es aquel que ejecuta la idea de forma óptima. El problema es saber, a priori, cual es la forma más adecuada.
En el ejemplo de startup política, la idea proviene del entorno social, en particular de los comportamientos de corrupción generalizada de los políticos y la necesidad de dar con una solución para cambiar la situación. La idea no tiene nada de novedosa y la percepción de la necesidad de solucionar el problema está expresada en numerosos libros y artículos en la prensa. Es una idea que no vale nada. Adicionalmente, ya hay quien ha manifestado la voluntad de llevar a la práctica algunas iniciativas para dar una solución al problema. El éxito solamente se puede alcanzar si se ejecutan las ideas y los proyectos no se quedan estacados en lo que es la Idea de Negocio.