viernes, 31 de mayo de 2019

El emprendimiento será clave para crear la riqueza


El mundo del trabajo está cambiando. En el pasado el trabajo estaba basado fundamentalmente en energía física, en los últimos tiempos en energía mental y en el futuro la clave será la energía creativa. En toda sociedad hay una distribución de estas tres formas de energía que conviven en ella, pero es en las sociedades más avanzadas donde la componente más valiosa es aquella última.
El deslizamiento desde el trabajo físico al creativo se debe a que la tecnología influye de forma notable en los procesos de transformación, no tanto como tecnología en sí, sino como aplicaciones que de ella se derivan desplazando a las formas anteriores de esfuerzo productivo. Es así como las máquinas reemplazaron el esfuerzo físico de humanos y animales, los ordenadores, las comunicaciones y la Inteligencia Artificial están empezando a sustituir el esfuerzo mental, de forma que por fin todos estos cambios permitirán a las personas dedicarse de forma preferente a las relaciones personales, a la creatividad artística para generar cultura, a la creatividad científica y tecnológica para crear conocimiento y a la creatividad emprendedora para generar riqueza.
De hecho, las empresas más avanzadas son aquellas en que más se valora la creatividad como generador de riqueza. Empresas que buscan el talento y quieren conservarlo dejando a sus empleados tiempo libre de su jornada laboral para pensar en nuevos productos y procesos. El caso de Google es conocido como uno de estos lugares paradigmáticos donde más se valora ese talento y donde los empleados pueden dedicar libremente un tanto por ciento de su jornada laboral a generar nuevas ideas para impulsar el núcleo del negocio u otras iniciativas.
En ese modelo de sociedad que se acerca, la proporción de talento creativo será cada vez más importante. La forma de crear riqueza será producto del emprendimiento o intraemprendimiento de las nuevas empresas basadas en innovación disruptiva donde la creatividad será la pauta en que basarán su futuro.
La educación (como casi siempre) es el cimiento donde se fundamentará el cambio necesario para vivir en esa sociedad diferente donde la creatividad será la clave para una vida personal mejor y donde los ciudadanos tendrán “esclavos” tecnológicamente avanzados que serán capaces de realizar los trabajos que ahora tenemos que hacer los humanos. Estos nuevos “esclavos” nos permitir entrar en una nueva época donde el emprendimiento será clave para crear la riqueza.

miércoles, 15 de mayo de 2019

Entrevista a Juanjo Villanueva, autor del libro “Introducción al emprendimiento. Conceptos y metodologías para crear startups”. Entrevista Publicada en la Plataforma Conocimiento Territorio Innovacion ( http://plataformacti.cat )


En el libro sostienes que la visión de las Universidades españolas respecto al emprendimiento debería cambiar, por ejemplo, profundizando en la formación en emprendimiento o creando estructuras donde la emprendimiento esté en manos de personas que provienen de este ámbito y donde se potencie la creación de spin-offs y proyectos emprendedores por parte de los estudiantes. ¿En el sistema universitario catalán se están produciendo pasos significativos en esta línea?
Las universidades españolas están dirigidas y administradas por funcionarios, ya sean profesores o personal de administración y servicios que en su gran mayoría no han creado nunca una empresa. Es difícil, desde estas posiciones, transmitir la necesidad de asumir los riesgos y las incertidumbres que son el escenario natural en el que se mueven las startups. Por lo tanto, en España, más que en Stanford o el MIT, son necesarias estas estructuras para impulsar el emprendimiento en las universidades.
Las universidades catalanas tienen una gobernanza similar al resto de las universidades españolas, por tanto, aunque se han intentado acciones, éstas no han producido resultados significativos.
En realidad, es la sociedad en general la que no está suficientemente sensibilizada y aquí creo que se deben involucrar todos los actores que la conforman. En particular la propia Generalitat, que no se implica lo suficiente, aunque hay excepciones como Catalunya Emprèn, que es un ejemplo para seguir.

Cuentas que "un problema importante de la formación en emprendimiento es que, con frecuencia, no se utilizan las metodologías más adecuadas y señalas que una fórmula exitosa es la que consiste en aprender emprendiendo. Con este propósito, ¿qué actividades, basadas en la cooperación universidad-empresa, recomendarías impulsar desde de la Plataforma Conocimiento Territorio e Innovación?
La formación puede tener muchas vertientes. Por ejemplo, en las universidades se pueden hacer seminarios-talleres de uno o dos días para recibir una formación inicial, se pueden hacer asignaturas optativas abiertas a todos los grados para mezclar perfiles diferentes, se pueden hacer TFG (Trabajo Final de Grado) mixtos de, por ejemplo, un estudiante de ingeniería y un estudiante de Administración de Empresas, etc.
En cualquiera de las vertientes, la mejor manera de hacer el aprendizaje es emprendiendo o simulando el hacerlo, es decir, a partir de una idea diseñar un Modelo de Negocio e ir a validarlo "fuera de la oficina" buscando los potenciales clientes y yendo modificando Modelo de Negocio siguiendo la metodología Lean Startup. La formación básica inicial se puede hacer, por ejemplo, a través de seminarios o utilizando un MOOC. Los siguientes pasos se pueden hacer con clases invertidas (Flipped classroom), donde los alumnos en grupos presentan y discuten los avances de su proyecto con los profesores y mentores.
Respecto al tema de cómo las empresas pueden participar en el proceso de creación de startups, una de las acciones que pueden hacer, es realizar un seguimiento de las iniciativas emprendedoras de los universitarios actuando como mentores de proyectos de su especialidad que pueden permitir incorporar nuevos productos a su porfolio y sobre todo talento creativo. Para las grandes empresas, el seguimiento se puede completar con la creación de aceleradoras corporativas específicas de sus líneas estratégicas.

Desde el punto de vista de las políticas públicas, ¿cómo pueden estas favorecer un ecosistema que fomente la innovación, la competitividad, la atracción de talento y la creación de empresas? ¿Qué se está haciendo bien en nuestro país en este sentido y qué habría que mejorar? ¿Qué buenas prácticas podríamos replicar del extranjero?
Hace unas semanas se presentó el libro "Construyendo la Cataluña del Conocimiento (1985-2015)", algunos de los exconsellers participantes mostraron su preocupación por la intensificación de la burocracia paralizante de la Administración en las actividades de I + D y yo añado aquí que esto no ocurre sólo en la I + D, sino también en el proceso emprendedor de creación de empresas a partir de startups.
El problema más grave es que el sistema pone barreras en vez de eliminarlas. Por ejemplo, cuando un emprendedor debe constituir una empresa, se encuentra con una "pista americana" de trampas como abogados, estatutos, notario, registro, Hacienda, Seguridad Social, gestoría, es decir, tiempo y dinero, que es justo lo que no le sobra. Pero no es solo eso, sino que, si la empresa está dentro del 80% que fracasan en los primeros años, el calvario es cerrarla, sobre todo cuando normalmente ya no queda tesorería.
En pocas palabras, lo mejor que podrían hacer las administraciones sería simplificar los procedimientos para no estorbar en el proceso creativo de nuevas empresas.

A diferencia de países citados en el libro, como Estados Unidos, Qatar o Suiza, donde existe una actitud tolerante hacia el fracaso, entendido como una forma de aprendizaje, en nuestro entorno, este es visto con miedo y animadversión hasta el punto de ser penalizado. ¿Es posible cambiar la cultura de una sociedad respecto el fracaso alentando a los individuos a tomar riesgos implícitos en el emprendimiento? ¿Cómo?
Un problema cultural no se cambia en un año, ni en una legislatura, sino que la unidad de tiempo es una generación. quizá por eso, es difícil confiar demasiado en unas actuaciones públicas que no dan réditos políticos en el periodo de tiempo de un mandato.
Respecto a que debería hacer la Administración, yo creo que además de un proceso de "desburacratización", debería fomentar y sensibilizar a la sociedad través de sus medios de comunicación, su discurso y sus políticas. El objetivo debería ser inocular el virus del emprendimiento a toda la sociedad, especialmente a los más jóvenes.
Afortunadamente, la sociedad civil está haciendo el trabajo que no hacen los políticos y está convirtiendo Barcelona en uno de los hub de emprendimiento más importantes de Europa.

Hablamos del futuro del trabajo. ¿En el contexto actual de transformación del mercado laboral, caracterizada por la desaparición de algunos puestos de trabajo debido a la introducción masiva de nuevos avances tecnológicos, qué relevancia toma el emprendimiento?
Está demostrado que las empresas tradicionales intentan automatizar todo lo posible sus sistemas de producción porque los recursos humanos son muy caros. Son las startups y las nuevas empresas las que crean puestos de trabajo y sobre todo los de más alta calificación.
En España y Cataluña tenemos un problema importante y es que las empresas, que son las que deberían hacer la innovación, no la hacen. Toda España, excepto Euskadi, está en el penúltimo nivel de regiones innovadoras de los cuatro en la clasificación de la Unión Europea. Por ello, las empresas no necesitan el personal cualificado que forman las universidades, lo que nos ha llevado a que tengamos el nivel de subempleo más grande de Europa. Formamos universitarios para trabajar de cajeros en Mercadona o reponedores en IKEA, un millón de titulados están en el límite de la pobreza y los más brillantes de ellos se van a otros países donde sí los valoran y los intercambiamos por inmigrantes que llegan en pateras sin ninguna formación con el resultado de una desastrosa balanza "comercial" de talento.