sábado, 28 de febrero de 2015

Un buen estudiante de Arqueología

A finales de noviembre del año pasado estaba programada en mi universidad (UAB), la celebración del día del emprendedor. El objetivo era fomentar el espíritu emprendedor de los estudiantes y formarlos en emprendimiento. El programa tenía una estructura estándar para estos casos: una inauguración oficial, conferencias invitadas y mesas redondas…Sin embargo, el acto no se pudo celebrar porque unos estudiantes, fundamentalmente de “letras”, lo impidieron a la voz de “fuera empresas de la universidad!!”.
Me acerqué a uno de los estudiantes del grupo que se oponía a la celebración del acto para preguntarle el porqué de su oposición ya que la idea era dar oportunidades a sus compañeros que querían asistir al acto para tirar adelante proyectos emprendedores. Adicionalmente, le dije que yo estaba fomentando el emprendimiento y que si me convencía de que estaba equivocado, lo dejaría y me dedicaría a otra cosa.
Parafraseando a Unamuno, no me convenció, pero si me venció. Era un estudiante de Arqueología, quizás de los que llenan de "pinturas rupestres" las paredes de la universidad en tiempos de las redes sociales, que quería abolir el capitalismo y que por tanto un acto como aquel donde venían emprendedores pero ya convertidos en empresarios, no podía tener cabida en la universidad, que él era un buen estudiante y que sus expectativas de trabajo con una carrera como la suya, eran nulas. Le dije que en muestro centro de investigación(CVC) habíamos trabajado en la reconstrucción automática de vasijas arqueológicas a partir de fragmentos y que nos habría venido bien el asesoramiento de un buen arqueólogo. A pesar de todos mis razonamientos no pude convencerle.
Digo que me venció porque el acto no se celebró, pero no me convenció porque sigo fomentando el emprendimiento para que alguien que emprenda, cree puestos de trabajo y pueda ofrecer uno a un buen estudiante de Arqueología. 

domingo, 15 de febrero de 2015

Emprendedores y empresarios

La definición de emprendedor en el sentido empresarial ha ido cambiando con el tiempo. Desde el de revendedor en el siglo XVIII (R. Cantillon), pasando por el de empresario en el siglo XIX (B.P. Say) y la identificación con el de empresario-innovador en el siglo XX (J. Schumpeter).
Hoy en día un emprendedor es la persona que descubre oportunidades de negocio, pone estas ideas en marcha y organiza los recursos para que el proyecto emprendedor se convierta en una empresa. Podemos decir que el objetivo de un emprendedor es normalmente convertirse en empresario, aunque hay emprendedores que siempre quieren ser emprendedores y empiezan permanentemente nuevos proyectos. Son los emprendedores en serie, los aventureros del emprendimiento.
La actividad que hace el emprendedor es emprender, en cambio la que hace el empresario no tiene verbo. ¿Empresar? ¿Empresariar?. Un empresario es aquella persona propietaria o copropietaria de una empresa que fija los objetivos de la misma y toma las decisiones estratégicas, la gestiona directa o indirectamente basándose en los recursos disponibles y asume las responsabilidades frente a terceros.
Estas definiciones no son totalmente aceptadas, pasa lo mismo que con la diferencia entre una startup y una empresa. La definición actual de startup es la de un proyecto en busca de un modelo de negocio viable para convertirse en empresa. Sin embargo, la empresa ya tiene el modelo de negocio y lo que hace es ejecutar un plan estratégico (el plan de empresa) para explotar ese modelo de negocio. En resumen, una startup es una proto-empresa de la misma forma que un emprendedor es un proto-empresario.

En nuestro país los emprendedores tienen buena prensa, son personas activas, guiadas por la pasión más que por la razón, con ideas y con esfuerzo para llevarlas adelante, generalmente gente joven y sin dinero suficiente para lograr sus objetivos. Sin embargo, los empresarios no tienen buena prensa, la opinión pública piensa de ellos que son depredadores de sus empleados a los que pagan lo mínimo permisible y a los que exigen lo máximo posible y todo ello para enriquecerse. En general esto no es así, la mayoría de los empresarios son personas que luchan día a día por sacar adelante sus empresas y mantener a sus empleados, a veces en un entorno poco favorable que no les deja opción a pensar en el futuro e innovar procesos y productos. Sería interesante, que cuando los emprendedores acaben siendo empresarios, mantengan ese espíritu innovador que les llevo a crear una startup y traten de eliminar esa barrera que existe en la sociedad respecto a los empresarios que lleva a separar entre buenos y malos a emprendedores y empresarios.