miércoles, 30 de abril de 2014

Burocracia contra talento (publicado en Tecnonews)

Últimamente, hablar de convocatorias de proyectos de I+D, está a la orden del día. El H2020 aparece como la tabla de salvación para muchos grupos de I+D, dada la sequía de financiación procedente del Estado. Todos los grupos relevantes de I+D del país, están conectando con otros grupos europeos, visitando Bruselas, asistiendo a jornadas informativas, o buscando lobbies de expertos que les ayuden a redactar propuestas ganadoras. 
La UE ha cambiado de formato respecto al anterior Programa Marco (PM7), pero también había cambiado el PM7 respecto al PM6, y de este respecto al anterior. Todo cambia de aspecto para que en realidad todo continúe igual. Lo que no cambia, son los decepcionantes resultados globales. El objetivo de la Agenda de Lisboa era convertir Europa en la región económica más dinámica del mundo, basándose en el impulso a la I+D que llegaría a alcanzar en 2010 una inversión del 3% del PIB. Pues bien, ni el 3% se consiguió (de hecho ni se movió del 2% inicial), ni tampoco se cerró la brecha que existía con los USA. Sin embargo, nadie en Bruselas ha dado explicaciones sobre el fracaso, nadie ha asumido responsabilidades, nadie ha dimitido. 
Bruselas no es una excepción, todas las administraciones desean controlar el talento creativo del que carecen. Algunas no solo lo controlan, sino que lo ahogan. Es el caso de la persecución actual de las justificaciones de los proyectos del Plan Nacional español que llegan al ridículo, como en el caso de no aceptar el gasto de publicar un artículo en Science por no tener tres ofertas diferentes. Todo parece como un gran hermano burocrático que para existir y mantener el poder, ha de dilapidar los recursos públicos y el talento de los investigadores. 
Pero, se puede obtener dinero, me comentaba un amigo el otro día. Esta es la gran trampa!!. ¿Cuánto cuesta elaborar una propuesta? Las consultoras especializadas cobran una importante cantidad de dinero por hacerlo, si a esto añadimos el tiempo dedicado por los investigadores a la parte científica, más viajes y contactos previos para montar el proyecto, y dado que solamente se acepta uno de cada cinco proyectos presentados, resulta que antes de entrar en el sorteo, ya se ha gastado más de la mitad del dinero disponible. Es cierto que no ha salido del presupuesto de Bruselas, pero si del bolsillo de los ciudadanos europeos. A todo esto se le suma el coste de la burocracia de la Comisión Europea, la administración inducida que las instituciones han de tener para responder a esa burocracia y que se refleja en los overhead, los gastos para el seguimiento del proyecto y sobre todo, el tiempo perdido por parte de los investigadores en generar enormes cantidades de papeleo inútil. El negocio para los ciudadanos europeos es una ruina.
Si las TIC permiten saber en tiempo real quien es quien en investigación y su capacidad productiva en las áreas prioritarias para Europa y España, ¿Por qué utilizar mecanismos obsoletos de asignación de recursos públicos? ¿Por qué hacer convocatorias de proyectos, si son instrumentos lentos, caros e ineficientes, y además son poco flexibles para cambiar un proyecto en función de los resultados intermedios? La respuesta es clara: la “banca” (la burocracia) siempre gana, aunque el talento siempre pierda y los ciudadanos siempre sean los que paguen.

miércoles, 16 de abril de 2014

Un modelo de universidad para el siglo XXI

Internet está cambiando muchas cosas y podría haber cambiado muchas más si la sociedad se adaptase al ritmo que avanza la tecnología. Las TIC están cuestionando modelos de negocio conocidos desde hace siglos, como por ejemplo, el mundo editorial. La participación de intermediarios (editor, impresor, distribuidor o librero) que eran clave en el sector del libro, cada día aportan menos valor al proceso, debido a las tecnologías de la información y las comunicaciones.
El primer aldabonazo de aviso, fue la venta de libros por Internet de Amazon, que supuso un cambio radical en el proceso de distribución. Sin embargo, la revolución aparece con el libro electrónico y los dispositivos de lectura como los eReader o las tabletas. Como consecuencia, todos los eslabones de la cadena empiezan a resentirse y el efecto más visible, el cierre de librerías. El proceso puede alcanzar al editor, al ser sustituido por un sistema de recomendaciones basado en las redes sociales. Quienes no pueden faltar son los creadores. Creadores y lectores conectados directamente a través de internet.
Todo lo anterior, es extrapolable a otros modelos de la difusión de la cultura, como son la música o el cine. Todos ellos tienen en común la posibilidad de que los intermediarios sean cada vez menos necesarios. Quienes no pueden faltar son los creadores. Creadores y espectadores o aficionados, conectados directamente o casi (Spotify, Netflix) a través de internet.
Este paradigma se puede alcanzar a las universidades en su misión de comunicar el conocimiento a los estudiantes. Los sistemas universitarios presenciales son caros y tecnológicamente son candidatos a la introducción de las TIC de forma masiva. El problema para su incorporación, como en el caso de la cultura, no es la tecnología, sino la inercia social.
Es verdad que a muchos nos gusta la sensación de un libro en papel y mantenerlo en nuestras manos mientras lo leemos. Es verdad que es mucho más humana, la conexión entre profesor y alumno en una clase presencial. Sin embargo, las clases magistrales, se pueden preparar mucho mejor si se hace con buenos medios para un gran número de estudiantes por el mejor comunicador de entre los profesores. La presencialidad, como ocurre con el teatro o los conciertos, no desaparecerá, pero pasará a un segundo plano en la transmisión masiva de conocimiento.
En el caso de las universidades el cambio se empieza a vislumbrar a través de las plataformas MOOC, donde además de clases magistrales masivas en vídeo, existen pruebas de autoevaluación y se utilizan técnicas de redes sociales para que los estudiantes puedan interconectarse. De nuevo, quienes no pueden faltar son los creadores del  conocimiento y de los procesos para transmitirlo. Creadores y estudiantes conectados directamente a través de internet.
Está claro que un cambio radical no será viable por cuestiones de inercia social. Sin embargo, si un país tuviese que diseñar “Ex novo” un sistema universitario no se debería mirar en el espejo de los sistemas existentes, si no crear un modelo de universidad para el siglo XXI.