martes, 31 de julio de 2018

El Business Model no es un resumen del Business Plan


Cuando uno observa los elementos del canvas de un Modelo de Negocio y luego mira un Plan de Negocio, puede parecer que el primero es un resumen del segundo. Sin embargo, los dos documentos son muy diferentes entre sí, tanto en la forma como en el fondo, cada uno de ellos tiene sus propios objetivos, contenidos y procesos de creación.
En cuanto a la forma el Business Model se plasma en una sola hoja de papel o digital (canvas) compartida por todo el equipo de fundadores. El Business Plan, en cambio, es un documento extenso (alrededor de 40 páginas), detallado y cerrado.
El objetivo de la creación de un Business Model es la búsqueda de un camino viable para conseguir una empresa que funcione y si es posible que sea escalable. El Plan de Negocio, por el contrario, es una ficción donde se da por supuesto que el camino existe, está bien definido y el negocio va a funcionar si se ejecuta según la hoja de ruta marcada en el documento que lo describe.
El contenido del Business Model es tomado inicialmente como un conjunto de hipótesis, que se han de validar, de lo que se pretende que sea la empresa en el futuro. El Plan de Negocio, sin embargo, se presenta como un conjunto de certezas que encarnan una ruta detallada de lo que ha de hacer la empresa en los próximos meses y años.
La generación del Business Model es un proceso dinámico que adapta el documento, usando la metodología del Design Thinking, a los resultados de la interacción permanentemente entre los miembros del equipo de fundadores y sobre todo con los potenciales clientes. El Business Plan, por otro lado, se genera estáticamente y de forma aislada a partir de fuentes de información externas ya existentes.
No se trata, pues, de hacer un Business Plan y luego sintetizarlo en un Business Model porque la forma, los objetivos, los contenidos y los procesos de creación son distintos. El Business Model no es un resumen del Business Plan

domingo, 15 de julio de 2018

Jóvenes y seniors


Una cuestión importante en el mundo del emprendimiento es si los emprendedores han de ser jóvenes o también pueden ser mayores. Por un lado los jóvenes pasan por ser más creativos, dinámicos y apasionados, además, en general, no tienen responsabilidades familiares y pueden asumir mayores riesgos, sin embargo, a estos jóvenes les falta la experiencia y muchas veces una dosis de prudencia necesaria. Los inversores creen que los jóvenes y sobre todo aquellos para los el proyecto emprendedor es su vida son los objetivos en los que interesa invertir ya que se van a dejar la piel en el proyecto.
Hace unos meses estuve involucrado en una situación que responde a lo expuesto en el párrafo anterior. Tres socios, uno joven (a dedicación total) y dos mayores (a media jornada) habíamos impulsado un proyecto emprendedor dos años antes y habíamos llegado a conseguir un sistema hard-soft que empezaba a funcionar aceptablemente y teníamos los primeros clientes. A pesar de que el Modelo de Negocio no estaba totalmente validado, el socio joven quería crecer rápidamente y empezó a buscar inversores que finalmente propusieron entrar en el capital con la condición de que los socios mayores y no dedicados a tiempo completo, vendiésemos nuestra participación.
Los  socios seniors pensábamos que era precipitado hacer escalar la empresa en aquellos momentos pero ante una presión “todo o nada” decidimos aceptar las condiciones de los inversores y vender la mayor parte de nuestra participación. Más de medio año después de la entrada de los inversores, la empresa no está cumpliendo las expectativas con las que se presentó el proyecto a los inversores y la facturación está muy lejos de las optimistas previsiones iniciales.
Esto me lleva a pensar si es acertada la prioridad de los inversores cuando financian proyectos de emprendedores jóvenes y dejan en segundo término las inversiones en proyectos liderados por seniors.
En un estudio hecho por investigadores de varias instituciones americanas, como la Kellogg School  of Management, el US Census Bureau y el MIT, combinando diferentes fuentes de datos de la Administración de los EEUU y recogido en este artículo se muestra como las personas con experiencia crean más empresas y con más éxito que las personas jóvenes, por ejemplo, la probabilidad de éxito de un emprendedor de 50 años es casi el triple (2,8 veces) de la de un emprendedor de 25 años  y que son esos emprendedores seniors los que logran que sus empresas alcancen mayor tamaño que las creadas por los emprendedores de 25 años (1,6 veces).
De mi experiencia personal como emprendedor y como mentor, una buena mezcla de entusiasmo y experiencia pude ser la mejor combinación para triunfar en el mundo del emprendimiento. La opción no es jóvenes o seniors, sino jóvenes y seniors.