martes, 31 de diciembre de 2019

Usar el sentido común


Siguiendo con los anteriores posts relacionados con la búsqueda de financiación externa, vamos a apuntar algunos errores frecuentes que se deben intentar evitar:

  • Empezar a buscar inversión cuando la situación de la tesorería comienza a ser desesperada. El proceso de búsqueda de inversión suele durar meses y puede que no se llegue a tiempo para conseguirla o que la situación de debilidad conduzca a tener que pactar unas condiciones no convenientes.
  • No preparar bien la información para el inversor, como la situación financiera actual y prevista para la empresa, el conocimiento del mercado y la competencia y que valor diferencial aportamos, la planificación de como se va a utilizar el dinero de la inversión, etc.
  • Ocultar los problemas e incertidumbres importantes del proyecto a los posibles inversores ya que estos acabarán descubriéndolo en el proceso de negociación.
  • No diseñar bien un investor deck con la información clara, concisa y de forma atractiva, ni prepararse para responder las preguntas que los inversores puedan hacer sobre la información presentada en el mismo.
  • Hacer propuestas radicalmente diferentes para cada inversor (precios, condiciones, acuerdos, etc.). Es un mundo donde muchos de ellos se conocen y un comportamiento errático puede ser muy negativo para el éxito de la negociación.
  • Ser inflexible en las negociaciones, no comprender los intereses de los potenciales inversores, ser arrogante en el trato, etc.
  • Proponer condiciones extrañas, como pactos de socios no estándar, valoraciones del proyecto poco realistas, multitud de socios no sindicados, etc.
  • Ser demasiado generoso con los inversores y ofrecer dar demasiada participación y control político sobre la empresa.
  • Trabajar con intermediarios que prometen recaudar dinero para el proyecto por un porcentaje. Es mejor empezar conectando directamente con los inversores a través de la multitud de foros donde encontrarse con ellos.
  • Relacionarse con inversores novatos que no tienen asumido que financiar startups es una operación de riesgo, o mucho peor todavía, aceptar inversión de fuentes de dudosa procedencia.
  • No contratar a un buen abogado experto a la hora de negociar, revisar y redactar los documentos.
Este listado de errores ha sido resumido de consejos dados por diferentes inversores expertos en sus blogs y artículos. Todos tienen la misma base: el mejor consejo para buscar inversión es usar el sentido común.

domingo, 15 de diciembre de 2019

El curso Impulsa-Llavor



El pasado viernes se clausuró el curso de formación Impulsa-Llavor en el que he participado coordinando uno de sus módulos. Impulsa-Llavor es una actividad del programa Indústria del Coneixement de la Generalitat de Catalunya en el que se pretende favorecer la transferencia del conocimiento generado en las universidades y centros de investigación catalanes.
El programa Indústria del Coneixement está inspirado en el i-Corps de la National Science Foundation de los EEUU y se ejecuta a través de convocatorias de proyectos para los grupos de investigación en tres fases (Llavor, Producte y Mercat) según sus niveles TRL (Technology Readiness Levels) de su cercanía al mercado. LLavor y Producte, se financian a través de subvenciones y Producte mediante avales sobre préstamos participativos del ICF (Institut Català de Finances).
Para impulsar la actividad de transferencia el curso Impulsa-Llavor está dirigido a los grupos que han recibido una subvención del programa en las dos primeras fases y está orientado a fomentar, formar y tutorizar para que los proyectos tengan la mayor probabilidad de éxito posible. La mayoría de los 62 grupos que han seguido este año el curso tienen uno de estos dos objetivos: Crear una spin-off o patentar y licenciar un desarrollo.
Aunque todavía no hay información disponible sobre el retorno económico, el número de spin-off creadas o las patentes licenciadas en las tres convocatorias realizadas, el programa está sensibilizando a los investigadores respecto a pensar que los resultados de su trabajo pueden generar retornos para ellos mismos, para sus grupos e indirectamente para la sociedad que financia la investigación que realizan.
A pesar de que la burocracia de las universidades y los centros I+D no permite todavía la agilidad deseable para facilitar los procesos de transferencia de conocimiento, el cambio de cultura va calando entre los investigadores impulsado por actividades de éxito como el curso Impulsa-Llavor.