viernes, 15 de marzo de 2013

Siempre hay financiación para un proyecto emprendedor interesante

La financiación está considerada por muchos como el problema más importante para la creación de una empresa. Sin embargo, esto no es cierto en una buena parte de los casos. En particular para muchas startup que están basadas en internet o en móviles.
La financiación de las nuevas empresas ha de empezar por los propios emprendedores, estos no solamente han de aportar trabajo e ideas, sino recursos y fondos propios (FP). Es comprensible que será difícil obtener dinero de extraños si no nos jugamos el propio. Además, en los primeros pasos, la incertidumbre es muy grande y si alguien finalmente decide entrar como socio financiero querrá una participación importante de la empresa por poco dinero.
Aunque no es aconsejable integrar a la familia o a los amigos en el equipo, si se puede pedir dinero para financiar la idea y arrancar el proyecto. Esta modalidad de financiación ya sea como préstamo o como participación es la que se conoce como friends, family and fools (3F). Aunque con un estilo muy distinto, una ayuda que no se puede considerar sistemática pero tampoco despreciable, son los premios que dan diferentes entidades públicas o privadas. Los premios, además de dinero, proporcionan una repercusión mediática que abre puertas.
Una tercera herramienta de financiación de startups es el crowdfunding (CF). Este nuevo procedimiento de financiación, nacido inicialmente para financiar creaciones artísticas y proyectos sociales, está tomando fuerza como elemento de financiación de proyectos emprendedores. El crowdfunding se basa en pequeñas aportaciones de mucha gente que hace posibles proyectos que antes eran inviables. Hasta aquí, la financiación no tenía que pasar por la creación legal de una empresa, pero si en adelante.  
Una cuarta opción para la financiación de start-ups son los organismos públicos (OP) como por ejemplo Enisa. En estos casos la financiación suele ser a base de préstamos de bajo interés. Hay algunas entidades financieras que también incluimos en este apartado (aunque no sean públicas) en que la entidad se reserva la opción de entrar en el capital en vez de reclamar el préstamo (prestamos participativos). Para obtener estos recursos, normalmente hay que justificar la aportación de una buena parte de la financiación a través de alguna de las fuentes citadas anteriormente.
El siguiente recurso serían los business angels (BA). Son personas que arriesgan su dinero en proyectos con una cierta trayectoria, donde la startup ya ha de estar creada y no ha de ser solamente una idea. Los BA son generalmente personas con experiencia empresarial algunos de los cuales en su día fueron emprendedores y pueden ayudar a la marcha de la empresa con su experiencia y sus contactos. Sus beneficios no suelen estar ligados al reparto de dividendos, sino a la venta de su participación cuando la empresa ha aumentado su valor. Esto implica, a veces, que las condiciones que imponen a los emprendedores sean muy duras por lo que más que business angels a veces parecen “business devils”. En este apartado incluimos también las aceleradoras de startups. Existe una gran variedad que van desde las formadas por redes de BA, las creadas por la administración o las que crean grandes empresas como aceleradoras corporativas para su crecimiento inorgánico.
Existen otras fuentes cuando la empresa ya ha crecido o se ha convertido en una gran empresa, como el capital riesgo (CR), los Family Office (FO) y por último la entrada en bolsa (SM). Pero estos inversores profesionales no entran normalmente en las startups y menos en sus momentos iniciales.
La financiación de los proyectos emprendedores es un mundo complejo, pero se puede afirmar que siempre hay financiación para un proyecto emprendedor interesante.