jueves, 15 de marzo de 2018

La Sociedad del Emprendimiento como solución


En una situación de competencia global como la que vivimos la respuesta de una sociedad solamente puede ser o abrirse a competir o cerrarse a subsistir.
Cerrarse puede significar o bien una respuesta conservadora de mantenimiento del estatus quo que salvaguarda los privilegios de las castas extractivas del poder mientras el resto de la sociedad se hunde irremisiblemente o una respuesta pseudorevolucionaria que lleve a esa sociedad a una situación de clausura no solo de las fronteras sino de las mentalidades. Si un país pretende mantenerse en su zona de confort actual como contestación a la globalización, su futuro estará seriamente comprometido porque su libertad dependerá de otros y el bienestar de sus ciudadanos se convertirá en una quimera.
Abrirse, por el contrario, significa aceptar el reto de la globalización y competir en los mercados internacionales con respuestas basadas en la innovación. Para eso ha de ser una sociedad que se arriesgue, que luche, con unos ciudadanos que asuman el reto de vivir en una sociedad abierta y liberal en el sentido popperiano para responder al exterior al mismo tiempo con una respuesta solidaria hacia el interior para mantener un estado de bienestar. 
Si queremos responder al reto del mundo actual necesitamos eliminar el estado burocratizado e ineficaz que limita innecesariamente la iniciativa privada manteniendo el capitalismo extractivo del BOE. En España se ha de potenciar la creación de nuevas empresas con acciones de sensibilización social y con la eliminación de barreras fiscales, legales y burocráticas innecesarias.
Las empresas nuevas son las que crean puestos de trabajo y de perfiles cualificados que mejorarán los salarios de aquellos que en la actualidad trabajan subempleados (España es el país con la tasa de subempleo mayor de Europa) en empresas de bajo valor añadido.
El emprendimiento es quien mejor representa la idea de ese cambio necesario basado en la búsqueda de la solución a través de la prueba-error y de la tolerancia al fracaso, y es el emprendedor quien encarna esa idea de libertad, creatividad, entusiasmo por lo que hace, aceptación del riesgo, pasión por su autonomía, que contrasta con quien acepta su situación como algo proveniente de fuera que ha de aceptar  y no lucha por cambiar. Como he mantenido repetidamente es necesario impulsar urgentemente la Sociedad del Emprendimiento como solución.