La semana pasada, La Vanguardia
publicaba una entrevista
con Bill Aulet, director del Martin Trust Center del MIT Entrepreneurship y
responsable del espíritu empresarial en las 5 escuelas del MIT.
Los dos hubs clásicos de emprendimiento
en Estados Unidos están localizados, uno en la Costa Este, en la ruta 128 de Massachusetts,
alrededor de Boston y el otro, el más conocido, en la Costa Oeste, en Silicon
Valley, cerca de San Francisco. Entre los dos hubs hay varios
paralelismos: en cada uno de ellos hay dos universidades entre las mejores de
los rankings internacionales, el MIT y Harvard en el Este y Stanford y Berkeley
en el Oeste. En los dos ha habido líderes que han potenciado el emprendimiento
como Steve Blank en el Oeste o Bill Aulet en el Este. Ninguno de ellos ha sido
un académico relevante (de hecho, Steve Blank solamente asistió un cuatrimestre
a la universidad), pero si emprendedores de éxito y ambos han creado escuela en
ambas costas. Sus libros “The four steps to the epiphany” de Steve Blank y “Disciplined Entrepreneurship” de Bill Aulet
son dos referentes en emprendimiento.
Bill Aulet vino a Barcelona en
junio de 2015 como conferenciante invitado en el segundo congreso de
emprendimiento de Catalunya Emprèn. En la conferencia
comentaba la necesidad de fomentar el espíritu del pirata, el ir
contracorriente, el pensar diferente pero estar preparado como un marino para
dar respuesta a los retos que se encontrarán en el camino. Bill Aulet comenta
que en el MIT no solamente hay mentes brillantes, sino inconformistas, cuyos
estudiantes tienen como primera opción crear su propia empresa, al contrario
que en nuestras universidades que la primera opción es ser funcionario. Esa
mentalidad es la que ha potenciado que las 25.000 empresas que han sido creadas
por personas que han salido del MIT generan un PIB tal que si fuese un país sería
la doceava economía mundial y un nivel de vida de los más altos de los Estados
Unidos.
Como dijo en su conferencia,
piensa que su apellido tiene un origen catalán donde es relativamente frecuente
y hasta hay un pueblo (hoy abandonado) con ese mismo nombre. Lástima que no
tengamos muchos “Aulet” de este tipo entre nosotros para impulsar el
emprendimiento entre nuestros estudiantes universitarios como hace Bill Aulet
en el MIT.