viernes, 15 de enero de 2021

Mantener el entusiasmo intacto


Churchill decía que “El éxito es sobreponerse al fracaso con el entusiasmo intacto”. El emprendimiento es exactamente eso, tener la capacidad de sobreponerse con el entusiasmo intacto a los errores y fracasos.

Cuando se impulsa una idea emprendedora, se tienen conceptos iniciales fundamentales que se conservan durante todo el camino, pero en los detalles e incluso en algunos aspectos importantes es necesario ser flexible para aceptar los errores que vamos a cometer durante el viaje y levantar el ánimo enseguida.

La experiencia y la prueba-error están íntimamente ligadas al proceso emprendedor. Sin embargo, esos errores o fracasos intermedios los tenemos que tomar como lecciones que no nos han de hacer perder el entusiasmo por conseguir el resultado final.

En emprendimiento hay que combinar la voluntad firme de alcanzar la meta propuesta con la flexibilidad de adaptarse a las circunstancias. No se pueden tener ideas rígidas e inamovibles. Un emprendedor tiene un objetivo estratégico en el horizonte hacia el que se dirige, sin embargo, en el camino ha de tener la capacidad de sortear, más que destruir, los obstáculos que irán surgiendo.  

Cuando un explorador se encuentra ante un barranco quizás lo más conveniente no es tomar la decisión de atravesarlo directamente donde se puede producir un accidente irreversible, si no buscar una solución para rodearlo ya conseguir superarlo.

Los emprendedores, como los exploradores, no son suicidas, aunque a veces ambos tienen que tomar decisiones arriesgadas. Su comportamiento ante un problema consiste en tomar la mejor solución de compromiso que optimice la respuesta minimizando el riesgo y maximizando las probabilidades de acierto. Pero en ningún caso hay que hundirse por no superar el escollo a la primera.

Un emprendedor tiene que tomar de forma permanente decisiones nuevas para él. Ante un problema que debe resolver de forma inmediata donde en muchas ocasiones no puede disponer del tiempo necesario para analizarlo detenidamente y dar la respuesta óptima. Por tanto, si debe responder rápidamente al reto, en el mejor de los casos la decisión que tomará será una de las menos malas y en el peor será un error más o menos grave. Sin embargo, no hay que perder la ilusión, perder alguna batalla no es final, lo que importa es ganar la guerra.

El emprendimiento es una actividad cuyo espacio natural es la incertidumbre y como consecuencia se cometen muchos fallos. Por eso, según los resultados de los experimentos realizados en el camino, hay que aprender de los errores, adaptarse permanentemente y sobre todo, mantener el entusiasmo intacto.