domingo, 17 de octubre de 2010

España: un país burbujeante


España es un país burbujeante. Las burbujas crecen hasta que acaban explotando y alcanzan a todo aquel que se encuentran en su radio de acción. 
Hay burbujas de radio limitado (Forum Filatélico o Gescartera), pero en otras sus efectos alcanzan a todo el país. Pequeñas o grandes, las burbujas siempre tienen características semejantes: especulación,  dinero fácil, poco esfuerzo y menos riesgo. 
Naturalmente, las burbujas de radio global son mucho más peligrosas. En el caso de la burbuja inmobiliaria ha estado involucrado todo el país, desde el gobierno hasta el ciudadano de a pie, pasando por banqueros, y hasta los economistas que no la han visto venir. La coincidencia de la burbuja en el tiempo y en el espacio con la crisis global ha servido, por un lado, para ocultarla y por otro lado para que su efecto haya sido cuatro millones de veces más grave.
La burbuja inmobiliaria ha causado otros problemas colaterales, como la anestesiante incultura de la subvención, la llegada masiva de inmigrantes sin formación como mano de obra barata cuando lo que se necesitaba era talento y una montaña de parados cuando la burbuja ha explosionado.
Hay otras muchas burbujas vivas, pero voy a mencionar dos de ellas que se "venden" como la solución del país y que nadie parece atreverse a mencionar como tales:
- La burbuja de universitarios formada en un país que solo demanda una pequeña parte y que por tanto los lleva al paro o los sub-emplea, o si tienen talento los hace emigrar una vez formados.
- La burbuja de la I+D, provocada por, desgraciadamente, una insuficiente demanda de conocimiento y de tecnología, que se genera y financia con subvenciones públicas que finalmente paga la sociedad.
El "estudia hijo una carrera para que el día de mañana seas un hombre de provecho" y la sacrosanta investigación científica han llegado a ser también pompas de jabón de un país burbujeante.