domingo, 26 de diciembre de 2010

O nos falta inversión privada en I+D o nos sobra pública

El gasto en investigación se transforma en Conocimiento Vivo(CV) que generan y mantienen los propios investigadores. La publicación de este conocimiento en revistas y libros hace que parte del conocimiento vivo, vaya a incrementar el acervo de conocimiento global como si fuese un repositorio  de Conocimiento Estático(CE) disponible para todo aquel que quiera, y sobre todo pueda, utilizarlo.
La transformación del conocimiento vivo y del estático en Conocimiento Aplicado(CA) es la fase final necesaria para conseguir convertir todo el esfuerzo realizado, en riqueza.
En el caso de que falte la ultima transformación, que deben hacer las empresas, la inversión de los ciudadanos en investigación es ineficiente y por tanto han sido engañados ya que se les ha dicho repetidamente que en la investigación esta en juego su futuro, cuando en realidad lo que está en juego es el futuro de la clase social de los investigadores. Es como si un gobierno invirtiese en pagar a buenos escritores que escribiesen  muchos y buenos libros, para un país de analfabetos. 
En España faltan muchas empresas capaces de convertir el conocimiento vivo y el conocimiento estático en riqueza. Como las empresas que tenemos actualmente han demostrado que no son suficientes para hacerlo o no lo hacen eficientemente, es necesario intervenir para mejorar el sistema. Una decisión sería reducir la capacidad investigadora ajustándola al nivel de la capacidad actual del sistema productivo. Lo más deseable, sin embargo, sería incentivar la creación de empresas en número y calidad suficiente para responder al reto de transformar toda la inversión realizada en investigación, en PIB. 
Una medida que la Agenda de Lisboa consideró como deseable, era que la proporción de la inversión privada respecto a la pública fuese del 66% de la privada, respecto al 33% de la pública. En USA la proporción actual es del orden del 80% privada y 20% pública. En España la relación es del 50%-50%. Por tanto, o nos falta inversión privada en I+D, o nos sobra pública.