Las ideas de negocio aparecen generalmente de forma espontánea
ante un problema que tenemos nosotros o que tienen otros y que creemos poder
resolver. Estas ideas pueden nacer en el trabajo, al practicar un hobby o deporte,
al hacer un viaje y ver una posible solución adaptable a nuestro entorno, o
simplemente paseando.
Hay mucha gente que tiene la misma idea de negocio o muy similar
en diferentes lugares y al mismo tiempo. Sin embargo, una buena idea es un buen
principio, pero no sirve para nada si no se impulsa y eso es lo que pasa
normalmente. La idea se queda en un “cajón” a la espera de ser recuperada algún
día por aquel que la guardó.
Muchas personas no impulsan una idea de negocio por miedo al
fracaso, otros no pueden porque tienen que trabajar a tiempo completo y una
familia que mantener y otros simplemente no saben cómo empezar.
Si además de tener la idea se quiere impulsar, entonces hay que
reflexionar sobre ella y realizar una serie de acciones tales como:
· Hacer una búsqueda en internet de si existe un negocio similar a la idea que tenemos. Al revés de lo que se pueda pensar, si ya existen empresas que viven de haber solucionado ese problema, eso no implica que sea una mala noticia, al contrario, si nadie estuviese resolviendo ese problema es que probablemente no es negocio. En cualquier caso, hay que analizar cuál es nuestra propuesta de valor y nuestra ventaja competitiva con lo que hay en el mercado.
· Cuando ya tengamos el equipo de fundadores (pocos, no al mismo tiempo y no familiares o amigos) podemos decir que ya somos una startup (lean).
En EKITER (www.ekiter.com) los emprendedores pueden encontrar patrocinadores, cofundadores y colaboradores que les ayuden a como impulsar una idea de negocio.