viernes, 15 de noviembre de 2019

Con o sin financiación externa


Lanzar una startup significa comprometer recursos. Hay dos formas de hacer esto, con recursos propios o con recursos ajenos.
La forma de impulsar un proyecto emprendedor con los propios ahorros, trabajo y sacrificio se conoce como bootstrapping. En muchos casos, la consecuencia negativa es que los fundadores no tienen la posibilidad de conseguir un crecimiento rápido de su proyecto (a no ser que dispongan de mucho capital) a pesar de tener una dedicación total al proyecto que puede incidir negativamente en su vida personal y familiar.
Sin embargo, el bootstrapping también tiene sus ventajas, dado que el proyecto lo dirigen exclusivamente los propios emprendedores según sus ideas y las recompensas y los éxitos, cuando los haya, son exclusivamente para el equipo fundador
Impulsar un proyecto con recursos ajenos tiene también sus pros y sus contras. Los pros significan que otros (los inversores) ayudan con sus aportaciones, con su experiencia y sus contactos a que el proyecto crezca más seguro y más rápidamente y que los emprendedores puedan llegar a tener un salario que proviene de la financiación externa, si así se acuerda con los inversores.
Sin embargo, los contras pueden llegar a ocasionar que los emprendedores acaben perdiendo el control del proyecto porque los inversores condicionan la toma de decisiones del equipo de cofundadores. Por otro lado, los inversores cuyo objetivo es salir de la sociedad cuanto antes mejor y con las plusvalías más altas posibles, pueden hacer firmar a los cofundadores como condición a invertir y a través de un pacto de socios, cláusulas que perjudiquen los objetivos y los intereses de los emprendedores, desde las condiciones de arrastre, que pueden obligar a los emprendedores a vender su participación si hay terceros que quieren adquirir la empresa, hasta obligar a los emprendedores a ser sustituidos por directivos profesionales (Steve Jobs lo fue en la primera etapa de Apple).
Depende del tipo de proyecto o de la situación emocional de los propios emprendedores respecto al proyecto, la decisión de impulsar una startup con o sin financiación externa