lunes, 25 de abril de 2011

Una propuesta (simplista) de contrato laboral

Uno de los problemas más importantes provocados por la crisis en la economía española ha sido la destrucción del tejido empresarial. A consecuencia de ello se ha duplicado el paro, que ha llegado a ser del 20% (del 40% si hablamos del paro juvenil). Estos niveles de paro constituyen el freno social y económico más importante para salir del pozo en que nos encontramos. 
Los expertos dicen que uno de los obstáculos más importantes para crear empleo es la legislación laboral actual y proponen convertir los dos tipos de contratos existentes (fijo y temporal) en uno solo. En el núcleo de la discusión está el problema de la indemnización por despido.  
Las indemnizaciones por despido suponen un coste demasiado alto, según los empresarios, y si la empresa no va bien, ese coste le impide despedir. La situación se puede agravar hasta que no tiene solución la supervivencia de la propia empresa y por tanto los puestos de trabajo de toda la plantilla. La falta de flexibilidad, que era en el pasado una fortaleza social, ahora puede acabar con las empresas que no adelgazan sino que se secan y mueren y no pueden reverdecer cuando vuelve a llover. No pueden aparecer los famosos brotes verdes.
Los agentes sociales están buscando soluciones, pero la agilidad que quieren los empresarios se enfrenta a la seguridad que quieren los sindicatos. El problema tiene una difícil solución, y entre tanto, el paro se enquista en la sociedad convirtiendo a muchos desempleados en parados de larga duración que los aleja cada día mas del mercado de trabajo o les lleva a caer en la economía sumergida. 
Desde mi desconocimiento de la problemática laboral, voy a hacer un planteamiento simplista como elemento de reflexión que consiste en implantar un sistema de despido más flexible y equitativo. 
El nuevo modelo de contrato laboral que propongo consiste en dos aportaciones periódicas por parte de la empresa: una el salario y otra a un "fondo laboral" que se pone en un banco a un interés determinado. El fondo laboral en cada momento sería equivalente a la indemnización que le tocaría al trabajador tras un despedido improcedente. El trabajador recibiría el dinero en el momento que se marchase de la empresa. Tanto si se va voluntariamente como si es despedido. 
Este procedimiento potenciaría la movilidad laboral en los dos sentidos, es decir por parte del empresario como por parte del trabajador y aseguraría que los empleados cobrarían el fondo aunque la empresa fuese a la quiebra. Con este procedimiento la empresa haría contratos fijos desde el primer día, acogiéndose a los beneficios fiscales existentes. 

domingo, 10 de abril de 2011

Comunicar en tiempos de crisis

La evolución de la crisis ha llevado a los gobiernos, en particular al de Cataluña, a realizar severos recortes  para ajustar su gasto a las reglas impuestas de déficit presupuestario. En determinados ámbitos, estos recortes están calentando el ambiente, como es el caso de los servicios sanitarios, y es muy probable que el malestar se extienda a otros sectores sociales.
Los gobiernos siempre deben comunicar porque hacen lo que hacen. Es un reto que tienen permanentemente encima de la mesa, pero cuando los tiempos son duros, como los actuales, es necesario comunicar más y mejor. La gente necesita saber porque se recorta lo que se recorta y no se hace lo que ella cree que se tendría que hacer.
Todos los gobiernos utilizan los medios clásicos, prensa radio y TV, para llegar a los ciudadanos, pero hoy día existen otros caminos más directos y sin intermediarios, que los políticos ya usan en las campañas electorales, pero no suficientemente en la comunicación cotidiana de la acción de gobierno.
Por ejemplo, se podría usar un "Blog del gobierno" donde  los consellers y el propio President podrían escribir entradas, hacer vídeo posts, como ya tenía el President personalmente cuando era candidato, hacer sesiones de "Tengo una pregunta para usted" y contestar las cuestiones de los ciudadanos. Otros medios como Twitter o Facebook también podrían ser instrumentos eficientes de comunicación.
La comunicación es siempre una tarea importante para los gobiernos, pero es crítico saber comunicar en tiempos de crisis.



domingo, 27 de marzo de 2011

El cuarto poder y la salud de la democracia

Lo más valioso para nosotros es lo más próximo, aquello a lo que nos acostumbramos y que solamente valoramos cuando desaparece. Esto pasa con el aire que respiramos, con la salud propia o la de los nuestros o con su vida. Por eso se han de cuidar estos bienes tan valiosos.
La democracia es un bien próximo y valioso que se ha de cuidar diariamente para que no se degrade. La democracia consiste en un delicado equilibrio de poderes. Entre todos ellos, la prensa tradicional (el cuarto poder) ha sido uno de los que han jugado un  papel clave y su debilitamiento podría afectar, de forma notable, este equilibrio.
En la actualidad, la prensa tradicional está sufriendo una pérdida de poder político como consecuencia de la   aparición de Internet en este escenario. Este proceso de debilitamiento, está llevando a los grupos de comunicación a perder poder económico y como consecuencia a perder su ya precaria independencia.
Internet ha sustituido muchas de las funciones de la prensa tradicional. Las noticias y el periodismo de opinión, aparecen en un universo de publicaciones independientes en Internet a través de periódicos, revistas electrónicas o blogs como este. Es muy probable que este nuevo periodismo continúe expansionándose, profundizando la incertidumbre de si la prensa tradicional se podrá mantener en el nuevo escenario que se dibuja.
El debilitamiento de los grupos de la prensa tradicional, va a condicionar la influencia del cuarto poder tal como lo hemos conocido hasta ahora y esto tendrá consecuencias en la configuración de las relaciones de la democracia. Pero, seamos optimistas, aunque el equilibrio de poderes cambie, no tiene porque significar un debilitamiento de la salud de la democracia. Antes bien, este proceso lo podemos ver como una oportunidad para que la sociedad civil ocupe el cuarto poder que otros habían ocupado. Todo ello lejos aun del primer poder que es el que corresponde a la sociedad. 
  

domingo, 13 de marzo de 2011

Open Education

La Open Innovation (OI), es la moderna estrategia de las empresas para competir en un mundo global. La idea fundamental es aprovechar toda fuente de innovación que puede ayudar a la empresa en sus objetivos fundamentales, sin importar donde se encuentren dichas fuentes, ya sea dentro o fuera de la propia empresa.
Recíprocamente, la OI pretende valorizar todas aquellas innovaciones propias que pueden ser de interés para otras empresas que están dispuestas a explotarlas. La clave es abrirse en vez de practicar el clásico cierre protector de su conocimiento.
De forma similar a la OI, quiero en este post definir la Open Education como la estrategia que lleva a una institución educativa al aprovechamiento de cualquier fuente educativa, interna y sobre todo externa, en la línea de sus principales objetivos institucionales. De la misma forma y en sentido inverso se puede transferir a otras instituciones aquellos recursos educativos que no son estratégicos, pero si lo son para otras instituciones que pueden estar interesadas en explotarlos. La definición dada aquí es mucho más amplia de lo que a veces se conoce como OI y que es en realidad la educación a distancia.
Lo fundamental es la apertura de mentalidad. Hay muchas posibilidades, como por ejemplo la colaboración entre universidades para impartir estudios interuniversitarios. Se puede pensar en caminar hacia la especialización de las universidades a través de una transferencia de profesores o incluso departamentos. Esto mismo se puede hacer en otros niveles no universitarios como el de la formación profesional. 
También se puede pensar en aperturas verticales entre niveles de formación. Sería interesante que estudiantes universitarios adquiriesen conocimientos prácticos en escuelas de formación profesional. El proceso Bolonia lo podría permitir.
Las empresas necesitan de estas nuevas estrategias para sobrevivir y las implantan. Sin embargo, las instituciones educativas, totalmente reguladas y controladas por unos poderes públicos paralizantes, hacen que planteamientos como la Open Education sean un soliloquio prácticamente irrealizable. 

lunes, 28 de febrero de 2011

Una cuestión de prioridades


La crisis está haciendo tambalear la sociedad del bienestar. Un modelo de sociedad que tanto ha costado conseguir y que, a pesar de sus defectos, era el referente de una forma de vida deseada por muchas personas que viven en el mundo por debajo de un mínimo nivel de dignidad. 
No hay una explicación única para las causas de la crisis. Sin embargo, lo más probable es que sea la de un conjunto de causas. La crisis inmobiliaria en USA, y la nuestra local, fue el detonante, pero el resto de causas se han encontrado, según se han ido levantado alfombras. Debajo han aparecido, los excesos financieros de la banca, la corrupción, las ineficiencias del sistema y la ingenua ley de que el futuro solamente podía ser permanentemente mejor que el presente.
Es paradójico que sean los bancos, representantes del capitalismo más feroz y principales causantes de esta crisis, los que hayan causado el sunami conservador que barre y muerde política y económicamente la mano de la Europa socialdemócrata que les ha dado de comer en sus dificultades.
Sin embargo, la socialdemocracia europea (incluyo aquí a una buena parte de partidos de centro derecha), también había dejado su contribución debajo de las alfombras, fomentando una sociedad, especialmente la juventud, narcotizada por la droga de la subvención indiscriminada. 
Los gobiernos han de olvidarse de mantenerse como repartidoras ciegas y lineales. Los recortes del gasto que ahora hacen los gobiernos, no se deben aplicar a necesidades básicas, como la educación obligatoria, la sanidad o las pensiones. En primer lugar se han de mantener las prioridades para garantizar las necesidades básicas de los más débiles y su dignidad. El siguiente grupo de prioridades ha de ser facilitar el desarrollo humano de los ciudadanos prestando un apoyo que los beneficiarios han de devolver cuando estén en situación de hacerlo. El resto debe depender de la vitalidad de la sociedad civil. La respuesta a la crisis es una cuestión de prioridades.