domingo, 5 de septiembre de 2010

Una digestión demasiado pesada

China acaba de superar a Japón como segunda potencia económica mundial. Hace unos años el crecimiento de China se basaba en una mano de obra no especializada, muy barata que hacía atractiva la instalación de plantas industriales americanas, europeas o japonesas en suelo chino, deslocalizándolas de sus propios países.

La reacción occidental fue plantear la construcción de la sociedad del conocimiento como respuesta. Sin embargo, China también ha apostado por el valor añadido y ha pasado de ser la sede de la mano de obra barata a formar una enorme cantidad de ingenieros y científicos en unas  buenas universidades de las que varias de ellas ya figuran entre las 100 primeras del mundo. Adicionalmente, los chinos son disciplinados y trabajadores, tienen espíritu empresarial y una moneda artificialmente barata. Todo ello les permite exportar y ser competitivamente imbatibles.

Ortega en La rebelión de las masas decía que Europa reaccionaría cuando "... por ejemplo, la coleta de un chino asome por los Urales … ". Pues bien, los chinos ya han aparecido en forma de mercado, se han cortado la coleta de su tradición y empiezan a competir, no solamente en precios, sino también en tecnología.

En este marco general que está cambiando tan profunda y rápidamente, Europa sigue dormitando. La crisis ha provocado una importante recesión y el actual estancamiento es la consecuencia de su falta de empuje y competitividad, que está dando como resultado una disminución del poder europeo tanto político como económico en el escenario internacional y un progresivo riesgo de la pérdida del nivel de calidad de vida. El paro estructural ha aumentado significativamente, los salarios han ido perdiendo poder adquisitivo y los beneficios sociales, la gran bandera del modelo social europeo, están en peligro de sufrir un retroceso significativo.

Apostar por la sociedad del conocimiento y por la innovación, son condiciones necesarias, pero no suficientes. Europa no podrá competir sin espíritu emprendedor, sin asunción del riesgo, sin trabajar duramente. Si no se está dispuesto a competir (dos no compiten si uno no quiere) se puede pensar en cerrar los mercados a la competencia internacional. Peligrosa solución si nos atenemos a las consecuencias de esta experiencia en tiempos de la Gran Depresión.

Cuando tras la segunda guerra mundial Japón se llego a convertir en la segunda potencia económica mundial, se pudo asimilar el proceso en un entorno de crecimiento económico sostenido. La magnitud y la situación del caso japonés no es comparable al de China y aunque a largo plazo se pueden producir cambios sociales que afecten a su competitividad, la asimilación de China como gigante económico, será muy dura y difícil. Una digestión demasiado pesada para hacerla dormitando.

sábado, 31 de julio de 2010

El modelo de la chincheta

Los gobiernos de los países, de las empresas, de las universidades o de los centros de I+D, se preguntan cual es el ángulo de dispersión o concentración que se debe dar al enfoque de sus actividades, por ejemplo, a las económicas o a las de I+D (otro problema es la dirección hacia el que se realiza dicho enfoque). 
Tanto la dispersión como la concentración tiene pros y contras. Por un lado, la diversificación permite abordar una amplia variedad de problemas, generalmente de nivel local. Sin embargo, la especialización, significa dominar un sector, una tecnología o una rama de la ciencia y poder competir internacionalmente.
En muchos casos, realizar cualquiera de las opciones es válida, pero en instituciones complejas es necesario contemplar otros escenarios mixtos como es el caso del modelo de la chincheta.
El modelo de la chincheta, me lo comentó por primera vez el actual director del Parc de Recerca de la UAB, Jordi Marquet, hablando sobre la conveniencia o no de la especialización de las universidades y creo que es una idea interesante que se puede extender a otras instituciones o empresas.
Desde un punto de vista económico, científico y tecnológico, como ocurre en una chincheta, el modelo tiene, por un lado, una base amplia que permite abordar una gran variedad de problemas. Por otro lado, existe una estructura centrada, estrecha y en punta (puntera) que permite profundizar en problemas complejos y especializados. Este modelo dual es suficiente para muchas instituciones que quieren abordar al mismo tiempo problemas de amplio espectro y problemas de alta especialización.
Adicionalmente, cuando la institución es muy compleja, se puede entender que entre la base y la punta hay un tallo que une las dos partes y que funciona como interfase para el relevo de los sectores punta. Por ejemplo, en una universidad, se podría considerar que la base serían las líneas de todos los grupos de investigación, el tallo estaría formado por las líneas de investigación prioritarias y por último en la punta estarían solamente un número muy bajo de líneas estratégicas de alta prioridad.
Cataluña ha considerado un factor positivo el amplio espectro de su economía y de su I+D. Sin embargo, recientemente, la Generalitat de Catalunya ha recibido un informe de la OCDE en el que aparece la recomendación de apostar fuertemente por la  especialización. El Govern ha actuado y ha recogido estas recomendaciones en 17 focos prioritarios en el Pla de Recerca i de Innovació (PRI).
La decisión de la Generalitat marca, a mi entender, una tendencia correcta para el tallo de la chincheta, manteniendo a la vez una base amplia y dispersa. Sin embargo, la punta ha de ser más estrecha, creo que Cataluña ha de enfocar más las prioridades estratégicas. Debe, en conclusión, aplicar con más determinación el modelo de la chincheta.

sábado, 17 de julio de 2010

La burbuja del ladrillo, una crisis no solo económica

El negocio del ladrillo en nuestro país ha sido la típica pirámide especulativa donde todo el mundo piensa hacerse rico al grito de tonto el último. 
Los bancos y cajas repartiendo hipotecas con dinero prestado, los compradores viendo que sus viviendas se revaluaban día a día y en especial la clase media porque también se revaluaba su segunda o tercera vivienda. Los inmigrantes remando hacia lo que pensaban era un futuro prometedor. Los ayuntamientos financiandose de licencias y recalificaciones. Las comunidades autónomas aumentando sus recursos a partir de los impuestos de transferencias patrimoniales y el estado aumentando sus ingresos hasta conseguir tener superávit. 
Pero con ello han pasado cosas, como el desvío de enormes cantidades de dinero a actividades de baja productividad y sin futuro, la mentalización de que conseguir hacerse rico sin esfuerzo era una cosa fácil, la aparición de una gran cantidad de corruptos y de gente adicta al pelotazo, la trasformación de la sociedad luchadora de la transición en una de derechos y donde la atracción del único talento que ha llegado al país lo ha hecho en patera.
Finalmente ha explotado la burbuja, la pirámide de naipes se ha caído y ha llegado el invierno de la crisis para las cigarras.  La clase política ha perdido el poco prestigio que tenía, la gente ha perdido su trabajo, los inmigrantes han perdido su oportunidad, la clase media ha perdido su riqueza, la banca ha perdido su credibilidad, los ayuntamientos han perdido su mejor fuente de ingresos, el país ha perdido su solvencia, los empresarios han perdido un dinero puesto en el sitio equivocado, los hipotecados han perdido sus viviendas o el valor de las mismas, la costa ha perdido su capacidad de un turismo de valor añadido...Todos hemos perdido.
El problema es que la crisis ha venido a instalarse, a quedarse con nosotros durante una buena temporada. Qué despertar!!, sobre todo para los más de cuatro millones y medio de parados. Es necesario cambiar, despertarse y darse cuenta que la crisis necesita una respuesta no solamente económica sino política, social y cultural.

domingo, 27 de junio de 2010

La creación de empresas de base tecnológica

La crisis económica se ha llevado por delante muchas empresas, una buena parte de ellas de baja productividad, como aquellas ligadas a la construcción. Todo ello ha dejado un enorme reguero de parados en el camino. La salida de este pozo pasa por la creación, de forma intensiva, de empresas de alto valor añadido, basadas en el conocimiento. Empresas que aumenten la productividad del sistema empresarial actual que es insuficiente para un futuro aceptable.
Como pasa con las buenas cosechas, la creación de empresas depende entre otras cosas de la fertilidad de la tierra y de su cuidado, de la calidad de las semillas y de la meteorología.
Crear un entorno fertil, implica fomentar la cultura emprendedora, abonar la tierra y cuidar el entorno para que la cosecha crezca con fuerza. Se han de crear las condiciones propicias, desburocratizando el sistema, primando este tipo de inversiones y considerando al emprendedor como alguien que crea riqueza y puestos de trabajo. No estamos en Silicon Valley y conseguir que el entorno sea fértil, no será fácil. Sin embargo, el coste de no hacerlo es simplemente inasumible.
Las ideas y los emprendedores son nuestras semillas. Han de ser abundantes, han de aportar valor y conocimiento. Se ha de hacer llegar a la sociedad que el emprendedor no es un capitalista, que es un creador, que además busca ganar dinero, si pero como también lo hacen los artistas (escritores, pintores o músicos, por ejemplo). Los emprendedores de base tecnológica se pueden encontrar en las universidades y las ideas con futuro pueden salir de las propias universidades y de los centros de I+D. Hasta ahora los planes de creación de spin-off en las universidades no han tenido un gran éxito, pero hay experiencias en otros países que abren puertas a la esperanza.
Por último, la climatología influye de manera notable sobre los resultados de la cosecha. La crisis como fenómeno meteorológico es una oportunidad para la creación de empresas. El paro de los jovenes, incluídos los titulados universitarios, y los drásticos recortes de nuevas plazas de funcionarios en las administraciones obligará a reflexionar a muchos estudiantes universitarios sobre su futuro. Mucho capital particular está cansado de la bolsa-casino como inversión, lo cual está haciendo aparecer nuevos "business angels".
El país lo necesita, las ocasiones existen, hay que actuar ya, no se puede perder la próxima cosecha.

lunes, 14 de junio de 2010

En Cataluña solo hay un Barça

En Cataluña hay siete universidades públicas, dos semi-públicas, tres privadas. Todas las públicas y alguna de las privadas pretenden ser universidades de referencia internacional de la misma forma que la mayoría de las universidades españolas y para ello se presentan a las convocatorias de  Campus de Excelencia Internacional del Ministerio de Educación.
Toda medida es comparación y el resultado depende de con quien se compare. Las universidades catalanas son buenas en el entorno español. Sin embargo, no soportan la competencia de las mejores universidades internacionales.
Si el sistema universitario y de ciencia catalán quiere atraer talento, ha de cambiar  su modelo y concentrar el que tiene actualmente. Cataluña no puede pretender que todas sus universidades jueguen la "Champions", pero si sería posible tener una que lo hiciese. Una universidad internacional de postgrado que concentre el mejor talento ya existente en el país a través de mecanismos como, por ejemplo, una adscripción temporal de renovación condicionada a resultados, de personas procedentes del resto de universidades y centros de I+D. Adicionalmente, de esta forma el resto de las instituciones sabría más claramente el papel que ha de representar. El fútbol en Cataluña ya tiene un modelo que ha resuelto el problema de concentración con más acierto que el de la política universitaria y de I+D.