domingo, 13 de marzo de 2011

Open Education

La Open Innovation (OI), es la moderna estrategia de las empresas para competir en un mundo global. La idea fundamental es aprovechar toda fuente de innovación que puede ayudar a la empresa en sus objetivos fundamentales, sin importar donde se encuentren dichas fuentes, ya sea dentro o fuera de la propia empresa.
Recíprocamente, la OI pretende valorizar todas aquellas innovaciones propias que pueden ser de interés para otras empresas que están dispuestas a explotarlas. La clave es abrirse en vez de practicar el clásico cierre protector de su conocimiento.
De forma similar a la OI, quiero en este post definir la Open Education como la estrategia que lleva a una institución educativa al aprovechamiento de cualquier fuente educativa, interna y sobre todo externa, en la línea de sus principales objetivos institucionales. De la misma forma y en sentido inverso se puede transferir a otras instituciones aquellos recursos educativos que no son estratégicos, pero si lo son para otras instituciones que pueden estar interesadas en explotarlos. La definición dada aquí es mucho más amplia de lo que a veces se conoce como OI y que es en realidad la educación a distancia.
Lo fundamental es la apertura de mentalidad. Hay muchas posibilidades, como por ejemplo la colaboración entre universidades para impartir estudios interuniversitarios. Se puede pensar en caminar hacia la especialización de las universidades a través de una transferencia de profesores o incluso departamentos. Esto mismo se puede hacer en otros niveles no universitarios como el de la formación profesional. 
También se puede pensar en aperturas verticales entre niveles de formación. Sería interesante que estudiantes universitarios adquiriesen conocimientos prácticos en escuelas de formación profesional. El proceso Bolonia lo podría permitir.
Las empresas necesitan de estas nuevas estrategias para sobrevivir y las implantan. Sin embargo, las instituciones educativas, totalmente reguladas y controladas por unos poderes públicos paralizantes, hacen que planteamientos como la Open Education sean un soliloquio prácticamente irrealizable. 

lunes, 28 de febrero de 2011

Una cuestión de prioridades


La crisis está haciendo tambalear la sociedad del bienestar. Un modelo de sociedad que tanto ha costado conseguir y que, a pesar de sus defectos, era el referente de una forma de vida deseada por muchas personas que viven en el mundo por debajo de un mínimo nivel de dignidad. 
No hay una explicación única para las causas de la crisis. Sin embargo, lo más probable es que sea la de un conjunto de causas. La crisis inmobiliaria en USA, y la nuestra local, fue el detonante, pero el resto de causas se han encontrado, según se han ido levantado alfombras. Debajo han aparecido, los excesos financieros de la banca, la corrupción, las ineficiencias del sistema y la ingenua ley de que el futuro solamente podía ser permanentemente mejor que el presente.
Es paradójico que sean los bancos, representantes del capitalismo más feroz y principales causantes de esta crisis, los que hayan causado el sunami conservador que barre y muerde política y económicamente la mano de la Europa socialdemócrata que les ha dado de comer en sus dificultades.
Sin embargo, la socialdemocracia europea (incluyo aquí a una buena parte de partidos de centro derecha), también había dejado su contribución debajo de las alfombras, fomentando una sociedad, especialmente la juventud, narcotizada por la droga de la subvención indiscriminada. 
Los gobiernos han de olvidarse de mantenerse como repartidoras ciegas y lineales. Los recortes del gasto que ahora hacen los gobiernos, no se deben aplicar a necesidades básicas, como la educación obligatoria, la sanidad o las pensiones. En primer lugar se han de mantener las prioridades para garantizar las necesidades básicas de los más débiles y su dignidad. El siguiente grupo de prioridades ha de ser facilitar el desarrollo humano de los ciudadanos prestando un apoyo que los beneficiarios han de devolver cuando estén en situación de hacerlo. El resto debe depender de la vitalidad de la sociedad civil. La respuesta a la crisis es una cuestión de prioridades.  

sábado, 12 de febrero de 2011

Como hacer I+D empresarial con el dinero del contribuyente

En las convocatorias de proyectos públicos de I+D empresarial, como por ejemplo los recientes desaparecidos CENIT, los políticos hablan de la movilización de recursos, cuando suman el dinero público más el que ponen las empresas. La fórmula suele ser que las empresas ponen un 50% y los ciudadanos, a través del MICINN, el otro 50%. 
Para mostrar a la sociedad el éxito de este tipo de convocatorias se pone encima de la mesa el alto número de solicitudes respecto al número de proyectos concedidos. Sin embargo, la realidad es que las convocatorias sirven para dar subvenciones encubiertas a las empresas. 
No se entiende que las empresas más importantes del país, con grandes beneficios, tengan que pedir a los contribuyentes que arriesguen su dinero para que ellas hagan I+D que les ha de generar más beneficios. Además, ni para eso sirve, con el dinero recibido, lo que se hace en buena parte, es mantener la estructura de personal y de los laboratorios. Eso sí, rellenan montañas de informes que no sirven para nada. Bueno, si sirven para justificar y cobrar y para tener ocupados a los funcionarios que manejan en el ministerio toda la burocracia.
Este tipo de proyectos tendrían que servir, teóricamente, para introducir tecnología en nuestro actual sistema im-productivo, ese que cada día es menos competitivo y que empuja a nuestros mejores titulados a escuchar los cantos de sirena de la cancillera Merkel. 
El objetivo de las empresas es ganar dinero y para eso han de arriesgar, entre otras cosas, invirtiendo en I+D. Sin embargo, nuestras grandes empresas han encontrado la fórmula de como hacer I+D empresarial arriesgando el dinero del contribuyente.

viernes, 28 de enero de 2011

The University of Catalonia podría ser el instrumento

Hace unos años se creó la Barcelona Graduate School of Economics pilotada por una serie de brillantes economistas de diferentes universidades y centros de investigación, encabezados por Andreu Mas-Colell. El modelo estaba enfocado a impartir masters de calidad en inglés y enfocados a atraer estudiantes brillantes de no importaba donde.
Este mismo modelo se podría extender a la creación de una serie de escuelas de diferentes campos del conocimiento con investigadores de prestigio, capaces de impartir masters en inglés (de los cuales hay unos 50 en Cataluña) seleccionando los de calidad y capaces de atraer estudiantes de cualquier parte del mundo. Así se podrían crear escuelas de graduados de Biotecnología, Ingeniería, Materiales, etc.
Todas estas escuelas podrían estar bajo un paraguas común de la University of Catalonia (UoC), lo cual permitiría dar a conocer esta estructura para atraer a estudiantes internacionales.
Para tener éxito internacional habría que conseguir estar en los rankings internacionales como los de Xhanghai y Times, que darían la visibilidad internacional necesaria para atraer talento. Para ello se podrían adscribir a la University of Catalonia, los mejores investigadores de centros de investigación y de las universidades catalanas. Esta adscripción debería ser temporal, renovable y remunerada con un complemento negociable en función de la excelencia del candidato y los compromisos de los objetivos a conseguir.  
Las adscripciones de los mejores investigadores supondría una descapitalización de las universidades que debe ser compensada de alguna forma. Mediante cantidades de dinero que permitan contratar substitutos para impartir las clases que dejan los profesores adscritos. Además se podría compensar cada adscripción con una cantidad para rebajar la deuda de las universidades. El problema no es de fácil solución pero si Cataluña quiere tener una visualización internacional no se puede pretender que todas sus universidades estén entre las 100 primeras mundiales.
La gobernanza de la UoC podría ser similar a la UOC. Una fundación sin ánimo de lucro con un rector nombrado directa o indirectamente por el gobierno o el parlamento. Esta solución sería una forma de crear un modelo diferente al de las universidades actuales cuyo problema de gobernanza todo el mundo sabe que existe, pero que nadie se pone de acuerdo en como resolverlo. El govern de la Generalitat quiere intentarlo, pero será muy difícil lograr un acuerdo del calado necesario para competir globalmente y en el hipotético caso de que se lograse, siempre nos quedará París (perdón Madrid).
Cataluña tiene la posibilidad de crear un modelo dual, con una parte competitiva globalmente. IESE, ESADE, y la BGSE ya saben como hacerlo. The University of Catalonia podría ser el instrumento.

domingo, 9 de enero de 2011

Enamorarse de los resultados de la I+D pública

A pesar de la burocracia y las bajas inversiones, en los últimos años se ha construido en España y sobre todo en Cataluña, un sistema de I+D aceptable y hasta notable en algunos campos científicos. Sin embargo, la crisis está trayendo recortes presupuestarios importantes a este tejido a pesar de que los gobiernos central y autonómico habían dicho que no lo iban a hacer.
Muchas voces se están levantando contra estos recortes, con argumentos como: lo que se está jugando es el futuro del país, se están fugando los mejores cerebros, países como Alemania recortan todo excepto las inversiones en I+D, ...
Sin embargo, estas voces no dicen que las inversiones en I+D no son rentables en nuestro país, más que para los que viven del sistema de I+D. Los que hemos estado viviendo de ese dinero deberíamos  mostrar los retornos que tendríamos que haber hecho al país con las inversiones que el país ha hecho en nosotros durante tanto tiempo. 
Es cierto que hemos hecho aportaciones al conocimiento universal pero esto solamente ha servido para dos cosas: 1) para engordar los CV's personales y 2) para que países con capacidad suficiente conviertan en riqueza propia el gasto que en I+D ha hecho nuestra sociedad. Parece que de nuevo tiene actualidad la sentencia unamuniana del "que inventen (investiguen) ellos", si es para ellos. 
La cuestión es que la actividad I+D es condición necesaria para crear una economía del conocimiento, pero no suficiente. Convertir el conocimiento generado en PIB es cosa de dos, como el amor. Si el tejido empresarial no ha estado, ni parece estar, dispuesto a un romance, nada se puede hacer por más que aumente el esfuerzo público en I+D. La solución es la innovación y el espíritu emprendedor para conseguir la creación de un tejido empresarial más innovador capaz de enamorarse de los resultados de la I+D pública.