lunes, 26 de septiembre de 2011

¿Qué hacer con el dinero?


La situación de incertidumbre que está creando la crisis es tan complicada que mucha gente de clase media no sabe que hacer con el dinero que tiene en los bancos. Los consejos de los más pesimistas van en la dirección de que hay que sacar el dinero de los bancos, ya que la probable fallida de Grecia lleve a un caos y a un pánico para recuperar las imposiciones y depósitos y esto a su vez ocasione una cascada de fallidas bancarias en toda la zona euro.
¿Y después de sacar el dinero del banco, qué hacemos con él?. Los que tienen mucho saben donde y como llevarlo a algún lugar seguro, cosa que parece que ya está ocurriendo en Grecia, lo cual estaría precipitando a su vez la posible fallida.
Los consejos más prácticos proponen comprar pisos o parkings, ahora que se pueden llegar a encontrar buenas oportunidades a causa de la propia crisis. Sin embargo, otras voces hablan de que no es el momento de comprar pisos, ya que parece que van a bajar en los próximos meses. Otra alternativa que aconsejan otros, es la compra de emisiones de deuda pública donde el interés es mejor en función de un riesgo más alto de fallida.
Obviamente, la bolsa como montaña rusa, no parece que sea una opción fiable si no se es un experto o se quiere jugar a la ruleta con unas reglas conocidas solamente para quien tiene la banca. Y por último, dejar el dinero debajo de alguna baldosa no parece que sea una opción muy atractiva.
Desde este blog hablo permanentemente de la necesidad de fomentar espíritu emprendedor entre jóvenes y que aquí está el futuro. Quiero proponer desde aquí otra opción diferente a las que hemos explicado en este mismo post: invertir una parte de su dinero en proyectos de jóvenes emprendedores que se juegan su esfuerzo, su tiempo, su dinero y su futuro. Yo lo he hecho en algunas ocasiones y los resultados han sido positivos en satisfacción y en beneficios. Es una opción de riesgo, pero es mejor que confiar en los mercados financieros y en sus mercaderes.

viernes, 9 de septiembre de 2011

El negocio de Roberto y las cabras

Durante la última década, los políticos nos han hablado de forma permanente de la necesidad de atraer talento. Nuestro país se iba a convertir en un polo atractor de los mejores, no importa de donde viniesen. El estilo de vida, el clima, la gastronomía, ... y no lo olvidemos, el crecimiento económico (basado en una burbuja inmobiliaria teóricamente eterna) iban a ser el mejor reclamo para atraer a los mejores. De hecho, en el sector de la I+D se pusieron en marcha programas (Juan de la Cierva o el Ramón y Cajal de ámbito estatal y en Cataluña el Beatriu de Pinós y sobre todo el programa ICREA). Interesantes iniciativas, actualmente con un futuro complicado debido a la crisis.
En realidad la atracción existió pero no fue de talento, sino de  inmigrantes sin formación mil veces más numerosos que los que se pretendían atraer por los programas de I+D. Las "importaciones" de talento eran  escasas, pero el número de inmigrantes sin formación era grande.
En la actualidad el problema es otro. La inmigración se ha cortado de raíz por la doble enfermedad económica que padecemos (la local y la global). Las exportaciones están aumentando, eso es bueno, pero también las de talento, y eso es malo. La generación de jóvenes mejor formada que ha tenido el país  se está marchando (unos 50.000 en los tres últimos años). No solo no atraemos talento sino que no lo retenemos. En realidad, lo que se ha creado es un sistema de repulsión de talento.  
Formamos a nuestros mejores jóvenes y luego los "exportamos" a que produzcan en otros países e "importamos" personas sin formación que llegan en patera. Al final del todo hemos conseguido una balanza internacional de talento altamente "positiva". Está visto que lo nuestro es hacer el negocio de Roberto y las cabras.

domingo, 28 de agosto de 2011

Sobran políticos, se necesitan líderes


Después de los múltiples e improvisados cambios en la política económica y fiscal de España durante los años de crisis, ahora se plantea modificar la Constitución para incluir en ella un artículo sobre la limitación del déficit. Todo ello para contentar a Alemania que es quien está dictando las reglas del juego económico europeo.
Construir Europa es un gran reto y significa perdida de poder por parte de los estados. Sin embargo, esta pérdida de poder no es simétrica, unos estados van a perder mucho más poder que otros, en particular los más pobres van a estar bajo las reglas de juego que marquen los más ricos.
La economía va a ser la que dicte las reglas de juego que no han podido definir siglos de guerras en Europa. Se trata de condicionar la toma de decisiones en unos estados por parte de otros más poderosos. Todo ello significará una pérdida de independencia, o dicho de otra forma, una colonización político-económica. Sin embargo, aun siendo débil, es necesario tener una visión clara del futuro para saber reaccionar a las instrucciones externas de la forma más adecuada.
España, en particular "el pequeño Madrid del poder", como diría Javier Cercas, no tiene una visión estratégica del papel a jugar en la Europa que se avecina. El problema fundamental es la falta de líderes, de hombres de estado, y no de políticos de partido, de regate corto y de perfil limitado a funcionamientos de crucero. Las respuestas a las últimas situaciones delicadas provocadas por los mercados financieros y en general por la crisis, se han improvisado, se han ajustado para que los grupos de poder las acepten, pensando siempre en las próximas elecciones. Siempre hay una elecciones próximas para el político de partido.
No se puede estar pendiente, sin más, de instrucciones dictadas probablemente por aquellos a quien más convienen. Se necesitan personas que tengan una visión clara del futuro y una capacidad para ejecutar la estrategia necesaria para llegar a él. Es decir, en estos tiempos de crisis sobran políticos, se necesitan líderes.


lunes, 8 de agosto de 2011

Armas de destrucción masiva

Esta semana nos ha sorprendido la rebaja en la calificación de la deuda USA por parte de la agencia S&P. No es que no crea que la situación de la economía norteamericana no sea preocupante, sino que me parece que las intervenciones de las agencias de rating están más influenciadas por motivos políticos que por razones técnicas. La deuda norteamericana hace muchos meses, años diría yo, que tendría que haber tenido una rebaja mucho más severa. Mi parecer es, que la bajada de un peldaño ( de AAA a AA+) es solamente una cortina de humo para no despertar sospechas demasiado evidentes sobre las razones de los ataques a la zona euro. ¿Estamos ante una confabulación contra la moneda europea?
El verdadero problema de la economía norteamericana es el euro y de aquí esos ataques a los países de la zona que en realidad van contra la moneda europea. Desde Bretton Woods, el dolar no había tenido un competidor que le hiciese sombra como moneda de referencia. Ahora lo tiene, y eso se nota en los viajes turísticos (Egipto, por ejemplo) donde el euro tiene más aceptación que el dolar. Sin embargo, la situación mostró su verdadera peligrosidad en la decisión de Saddam Hussein de vender el petróleo en euros. Había que cortar de raíz esta situación que en otro caso se podría extender al resto de los países productores de petroleo y otras materias primas. El castigo a Irak no solamente acabo con el ejemplo y con Saddam, sino que también pagaron las consecuencias los países de la eurozona, como Francia y Alemania, cuyas ventas a Irak fueron calificadas de "deuda odiosa" y por tanto no retornable. La foto de las Azores era la presentación del eje anglo-norteamericano no anti Saddam sino anti euro, donde había un tercero que en realidad jugaba el papel de bufón. El euro y no otra cosa eran en realidad para Norteamérica las potentes armas de destrucción masiva.

viernes, 29 de julio de 2011

Parar la sangría no es suficiente


La botella medio llena o medio vacía es un imagen usada frecuentemente para diferenciar al optimista del pesimista, aunque en realidad haya la misma cantidad de líquido para los dos. Actualmente, nuestra situación económica está en el nivel del 2006, un buen nivel de líquido en la botella.
Sin embargo, nuestro estado de ánimo depende fundamentalmente del futuro y no de la visión estática del presente, es decir de la fotografía actual de la botella. Nuestro optimismo o pesimismo están ligados a la percepción de dinámica de si la botella se está llenando o se está vaciando. Una mala situación actual, pero que evoluciona de forma positiva es mejor que una botella llena que pierde permanentemente por una rotura y  sigue vaciándose. Durante años hemos intentado llenar la botella a base de pelotazos, sin tenerla bien sujeta y asentada. La botella se ha caído y se ha roto y por esa brecha se ha perdido mucho líquido y lo peor es que todavía se sigue vaciando.
La primera acción es restañar la botella para que no pierda más líquido. Esto ya se está haciendo de una forma cruenta, pero quizás no hay otro remedio. Sin embargo, es necesario pensar y planificar que y como hacer para que el nivel de la botella empiece a subir. Es necesario, no solamente estabilizar las fugas, sino planificar iniciativas que permitan cambiar la tendencia y empezar a introducir líquido en la botella de manera permanente aunque el caudal sea sea pequeño y el aumento del nivel sea lento.
Una de las medidas con futuro es fomentar la innovación en las empresas. Hay que comunicar muy claramente que sin innovación no hay futuro. Otra de las medidas es fomentar la natalidad de empresas apoyando a los emprendedores, jóvenes y no tan jóvenes, que montan sus empresas y que necesitan el apoyo, sobre todo moral, de la sociedad por su valor ante el riesgo al fracaso.
No podemos confiar en que nos saquen del pozo los que nos han hundido en él. Es necesario fomentar y premiar el riesgo de los que innovan y de los que crean empresas, si queremos salir de la situación en que estamos. Hay que restañar las heridas, pero parar la sangría no es suficiente.